Escuela de Politécnica Superior

El texto reflexiona sobre cómo los objetos cotidianos pueden transformarse en arquitectura, destacando el proceso de tomar algo común y convertirlo en una forma arquitectónica. Los estudiantes de arquitectura son los protagonistas de esta idea, al igual que la influencia de artistas como Duchamp, que rompió las convenciones del arte al convertir objetos cotidianos en obras artísticas. El ejercicio pedagógico propuesto busca eliminar prejuicios y anima a los estudiantes a trabajar sin miedo, produciendo formas que luego pueden ser perfeccionadas. La arquitectura, en este enfoque, no solo se trata de crear nuevas formas, sino de aprovechar y transformar las existentes. Los objetos sacados de su contexto habitual son vistos como formas esperando significado, y el arquitecto tiene el poder de apropiarse de ellos, seleccionarlos y darles un nuevo sentido. Este ejercicio es presentado como una forma de sabiduría y pureza creativa

Rem Koolhaas, arquitecto holandés, es uno de los máximos referentes de la arquitectura contemporánea, reflejando las inquietudes y traumas del cambio de siglo. Su obra, tanto teórica como construida, ha tenido una influencia pragmática que ha permeado en arquitectos y estudiantes de todo el mundo. La biografía de Koolhaas, desde su juventud en las colonias asiáticas hasta su formación en la Architectural Association de Londres y en Estados Unidos, muestra su temprano interés por la cultura de masas y su posterior inclinación hacia la arquitectura y el urbanismo. Su estancia en Nueva York marcó su trayectoria, consolidándose con su libro Delirious New York, que analiza la congestión urbana y coloca a Manhattan como epicentro de sus reflexiones arquitectónicas. Este manifiesto, aunque criticado por ser tardío en una era de manifiestos intelectuales, sienta las bases de su enfoque posterior. Koolhaas abrazó un pragmatismo que rompe con las aspiraciones heroicas de la modernidad, asumiendo las contradicciones y desafíos de la construcción contemporánea como punto de partida para un discurso arquitectónico efectivo. Su realismo crudo y su capacidad para moverse en territorios inciertos han sido clave en su legado.

El prólogo de Columnas Bizarras reflexiona sobre la conexión entre lo bizarro y la arquitectura, destacando a la columna como un elemento clave para explorar esta relación. Carmelo Rodríguez Cedillo utiliza el humor como herramienta para desmitificar la solemnidad académica, invitando a repensar la historia arquitectónica desde un enfoque crítico y lúdico. A través de ejemplos de columnas insólitas y su carga simbólica, el texto plantea cómo estas formas desafían las convenciones, operando como soportes tanto físicos como discursivos. Este prólogo es una introducción estimulante a una obra que busca reconciliar pasado y presente con ironía y rigor