Observatorio Demográfico CEU (Universidad San Pablo-CEU)
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- Informe de coyuntura demográfica 2021.
2022-06-01Los nacimientos alcanzaron en 2021 nuevos mínimos de varios siglos, si bien cayeron menos que otros años: 1,3% interanual, que habría sido 1,0 % si descontamos que 2020 tuvo un día más, por ser bisiesto. Tras muy fuertes caídas en los alumbramientos en diciembre de 2020 y enero de 2021, a partir de marzo recuperaron los (bajos) niveles previos a la pandemia, que a la postre no habría tenido efecto en la natalidad, pese al hundimiento que muchos auguraron por el coronavirus. En 2021, el índice sintético de fecundidad (número de hijos por mujer) no varió respecto a su bajísimo nivel de 2020 (1,19). En términos de mortalidad, el segundo año de la pandemia de covid, 2021, fue bastante menos trágico que 2020 en España, pero distó de ser un año «normal». La sobremortalidad respecto a 2019 fue un poco menos de la mitad que en 2020. Según datos provisionales del Padrón Municipal, en 2021 la población de España aumentó en unas 50.000 personas, al crecer en 184.000 individuos la población extranjera nativa (189.000 más en el caso de los extracomunitarios, un flujo de signo y cuantía chocante, porque la tasa media de paro de los inmigrantes extracomunitarios en 2021 fue del 25 %, según la EPA), un número superior a la reducción en casi 134.000 del número de residentes nacidos en España. El saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) fue muy negativo en 2021, si bien menos que en 2020, al reducirse el número de fallecidos por covid. La población autóctona, que lleva menguando desde hace dos lustros, sobrepasó en 2021 la merma acumulada de un millón españoles autóctonos, por más muertes de personas nacidas en España que nacimientos de madres españolas nativas desde 2011. En cuanto al número de abortos –tema sobre el que los datos oficiales se publican con un año de retraso– en 2020 cayeron más que los nacimientos, algo probablemente debido sobre todo a que la situación excepcional vivida en los meses de confinamiento habría dificultado la realización de abortos, y a las restricciones posteriores a la vida social.
- Mortalidad española antes de la pandemia : entre las más bajas del mundo.
2021Si hay un campo en el cual lo ocurrido en España en los últimos 100 a 150 años es la historia de un un éxito es la mortalidad, y lo que ella sintetiza en cuanto a nivel de vida, sistema sanitario, salubridad y cohesión social. En mayor o menor medida, cabe decir algo parecido del resto del mundo. La elevación de la esperanza de vida, desde cuando la mitad de los niños españoles que nacían no llegaban a cumplir los 12 años de edad (hacia 1880), a la de una España en la que más de la mitad de la gente vive de media 86 años, como en 2019, y que encabezaba hasta la aparición del covid las tablas de esperanza de vida por países en la UE, es la historia de un éxito radical. Esa posición privilegiada entre los países más desarrollados la consigue España, sobre todo, por la superior esperanza de vida de sus mujeres. Este informe describe las pautas de mortalidad y la esperanza de vida en el pasado (finales del siglo xix y principios del siglo xx), y su evolución en las últimas décadas, hasta la aparición de la pandemia de coronavirus, con desglose por variables tan relevantes como sexos, CC. AA. –con la Comunidad de Madrid a la cabeza de España y el mundo antes de la pandemia– o niveles de estudios. Es muy interesante ver cómo han ido variando los principales tipos de causas de muerte desde finales del siglo xix hasta la actualidad. En tiempos recientes, hasta el covid, cabe reseñar el crecimiento fortísimo en todos los países desarrollados de los fallecimientos por enfermedades nervioso-mentales. En el informe se incluye como anexo un análisis sobre el aborto voluntario en España, que es la forma en la que termina más de un 20% de los embarazos viables en nuestro país, algo con evidente impacto demográfico negativo en una sociedad como la española, con un tremendo déficit de nacimientos. En este anexo se dan datos sobre la evolución del número de abortos en España desde que se legalizó, y de la propensión a abortar por CC. AA., edades y nacionalidad, entre otras variables relevantes.
- Los hogares españoles.
2022Casi el 99% de la población de España vive en hogares. La baja natalidad de las últimas décadas y la desestructuración familiar han tenido un claro reflejo en su tamaño. Ahora vive en ellos menos gente en promedio, y se ha disparado el porcentaje de hogares unipersonales. Los hogares con niños son ahora menos de la mitad del total, cuando en el pasado siempre fueron mayoritarios. En cambio, cada vez hay más hogares monoparentales y reconstituidos, con hijos no comunes. Sigue habiendo muchos más hogares con una pareja casada que con una de hecho, pero los primeros tienden a ser menos, y los segundos, más. Los hogares formados por parejas del mismo sexo están aumentando, si bien son menos del 1% del total, siendo un porcentaje mucho menor aún el de hogares homoparentales. Hay muchos hogares formados por extranjeros, y sus características en muchos aspectos (como el número de personas, la renta media por hogar o el régimen de tenencia de la vivienda) son apreciablemente diferentes a las de los hogares formados por españoles. Solo un porcentaje pequeño de la población vive hacinada o con pocos metros cuadrados por persona. Sobre el régimen de propiedad, está creciendo el alquiler de vivienda, pero menos de lo que cabría esperar por todo lo que se ha publicado en los medios. De cara al futuro, no se atisban cambios en las tendencias anteriores, lo que implica, entre otras cosas, más soledad y hogares menos poblados.
- Demografía y mercado laboral en España
2021Demografía, mercado laboral y bienestar social están íntimamente relacionados. El mercado laboral refleja, en gran medida, los éxitos y fracasos de una determinada sociedad en materia demográfica (natalidad, mortalidad y migraciones), educación, leyes que rigen la actividad económica, Estado de bienestar y valores sociales en general. La demografía condiciona de manera decisiva el mercado laboral, y a su vez está muy condicionada por éste. Por ello, y dada su enorme importancia social, dedicamos este informe monográfico del OBSERVATORIO DEMOGRÁFICO del CEU a describir y analizar la demografía de nuestro mercado laboral desde diferentes ángulos: evolución desde la Transición de las tasas de actividad y desempleo, envejecimiento de la fuerza laboral, convergencias y divergencias por sexos, inmigración, nivel educativo de la población con empleo, tipos de ocupaciones y comparaciones con los principales países de Europa occidental. En el último medio siglo ha habido profundas transformaciones sociodemográficas en nuestro mercado laboral. En síntesis, la fuerza laboral española cuenta ahora con muchas más mujeres en sus filas. Ha envejecido de forma muy apreciable, principalmente por la caída en los nacimientos y la consiguiente disminución del número de adultos jóvenes. Ha pasado de estar compuesta casi solo por españoles, a contar con una gran presencia de trabajadores de origen extranjero. Su nivel de formación es ahora muchísimo mayor que en la España que reflejan las primeras temporadas de la serie de TV Cuéntame. Por otra parte, en las últimas décadas ha habido CCAA con tasas de paro estructurales mucho más elevadas que en otras. Esa incorporación masiva de mujeres, en ciertos sectores de actividad, oficios y roles laborales, presenta notables asimetrías con respecto a los que dan ocupación a los hombres (con ciertos oficios o funciones con mucha más presencia de mujeres que de hombres, o viceversa), si bien en otros no hay diferencias notables. Algo parecido ocurre con los sectores económicos y tipos de empleos donde trabajan los extranjeros y los españoles. De todo ello se ofrecen datos muy claros en este informe, así como de la distribución de la fuerza laboral en general por grandes sectores económicos y en el sector privado vs el sector público. En el informe se expone, asimismo, un amplio detalle de qué porcentaje de los ocupados españoles trabajan en diferentes ramas de actividad, junto con los mismos datos para la población laboral de los principales países de referencia en Europa Occidental (en concreto, de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Suecia, además de las medias de la eurozona). Finalmente, en un anexo se exponen dudas razonadas sobre posibles sesgos sistemáticos en la muestra empleada de hogares de los que se obtienen los datos de la EPA.
- I Barómetro demográfico del CEU.
2021Este informe es el primero regular que realiza el Observatorio Demográfico del CEU, creado en el curso académico 2019-2020 para ayudar a cubrir el déficit que existe en España de entendimiento sobre la evolución demográfica de España en las últimas décadas y sus consecuencias, y en particular de lo que implica que haya una fecundidad muy insuficiente para el relevo generacional. Una tasa de natalidad demasiado baja aboca a España a un envejecimiento social muy intenso y a la pérdida de población nativa, fenómenos cuyos efectos negativos solo pueden paliarse en parte mediante inmigración extranjera, y ello con la premisa de que se gestionen bien los flujos de llegada de inmigrantes y su integración en la sociedad española, pues de otro modo se generarían problemas sociodemográficos adicionales. En este informe se describe la situación demográfica actual a través de sus principales variables (nacimientos, defunciones, flujos migratorios, distribución por edad, sexo y origen geográfico de la población) y de otras con gran impacto sobre la demografía como la nupcialidad, partiendo de cuáles eran las dinámicas demográficas españolas antes del comienzo de la Transición a la democracia y con anterioridad. La comparación permite apreciar el extraordinario vuelco que ha habido en todos los factores con incidencia en la «salud demográfica» de España. Hemos pasado de ser un país con alta fecundidad y mortalidad, y mucha más emigración que inmigración exterior, en el que casi todo el mundo se casaba «para toda la vida», a otro con baja fecundidad y mortalidad (y por tanto, muy alta esperanza de vida), mucha más inmigración que emigración exterior, mucha menos nupcialidad, altas tasas de ruptura de matrimonios/parejas y de abortos sobre embarazos. Como consecuencia, España ha dejado de ser una tierra con mucha población joven y relativamente pocos ancianos, con muchos más nacimientos y defunciones y muy poca población de raíces extranjeras, a otra con más defunciones que nacimientos, mucha población inmigrante, con una media de edad mucho más elevada, muchas más personas que viven solas y un número medio sustancialmente menor de personas por hogar. Las perspectivas demográficas de España, si no repunta la natalidad, no son halagüeñas.