Observatorio Demográfico CEU (Universidad San Pablo-CEU)

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    USP
    Mortalidad española antes de la pandemia : entre las más bajas del mundo.2021

    Si hay un campo en el cual lo ocurrido en España en los últimos 100 a 150 años es la historia de un un éxito es la mortalidad, y lo que ella sintetiza en cuanto a nivel de vida, sistema sanitario, salubridad y cohesión social. En mayor o menor medida, cabe decir algo parecido del resto del mundo. La elevación de la esperanza de vida, desde cuando la mitad de los niños españoles que nacían no llegaban a cumplir los 12 años de edad (hacia 1880), a la de una España en la que más de la mitad de la gente vive de media 86 años, como en 2019, y que encabezaba hasta la aparición del covid las tablas de esperanza de vida por países en la UE, es la historia de un éxito radical. Esa posición privilegiada entre los países más desarrollados la consigue España, sobre todo, por la superior esperanza de vida de sus mujeres. Este informe describe las pautas de mortalidad y la esperanza de vida en el pasado (finales del siglo xix y principios del siglo xx), y su evolución en las últimas décadas, hasta la aparición de la pandemia de coronavirus, con desglose por variables tan relevantes como sexos, CC. AA. –con la Comunidad de Madrid a la cabeza de España y el mundo antes de la pandemia– o niveles de estudios. Es muy interesante ver cómo han ido variando los principales tipos de causas de muerte desde finales del siglo xix hasta la actualidad. En tiempos recientes, hasta el covid, cabe reseñar el crecimiento fortísimo en todos los países desarrollados de los fallecimientos por enfermedades nervioso-mentales. En el informe se incluye como anexo un análisis sobre el aborto voluntario en España, que es la forma en la que termina más de un 20% de los embarazos viables en nuestro país, algo con evidente impacto demográfico negativo en una sociedad como la española, con un tremendo déficit de nacimientos. En este anexo se dan datos sobre la evolución del número de abortos en España desde que se legalizó, y de la propensión a abortar por CC. AA., edades y nacionalidad, entre otras variables relevantes.

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    USP
    Balance provisional del trastorno demográfico de España en 2020.2021

    El año 2020 ha sido marcado por la tragedia de la Covid-19 y la tremenda recesión económica que ha generado. La evolución demográfica en ese año es fruto, en parte, de la inercia y de tendencias previas y, en parte, del propio drama vivido. Aunque en marzo de 2021 todavía faltaban datos para realizar un balance demográfico completo de 2020, al haber ya entonces suficientes para analizar lo sustancial de lo sucedido en el año marcado por la pandemia, y por su evidente interés actual para la opinión pública, se ha elaborado con los datos disponibles este Informe del Observatorio CEU de Demografía sobre lo sucedido en 2020 y sus consecuencias en la pirámide poblacional. Es un informe de los que denominamos «de coyuntura» en el Observatorio, a diferencia de los de tipo monográfico y con análisis más de fondo y ciclo largo sobre temas demográficos concretos. Los nacimientos en 2020 no se vieron afectados en lo sustancial por la pandemia, ya que en su inmensa mayoría fueron de niños concebidos en 2019. Solo los nacidos en diciembre de 2020 –mes para el que cifras provisionales del INE han anticipado un fuerte descenso en relación a un año antes–, más algunos de noviembre, y todos los bebés de los meses posteriores, fueron concebidos tras el estallido de la pandemia. En conjunto, al superponerse la tendencia de la baja de los nacimientos previa a la pandemia, y la gran caída de diciembre, hubo en 2020 un nuevo descenso neto del número de alumbramientos y de la tasa de fecundidad. Los fallecimientos sí se vieron afectados de manera muy sustancial en 2020 por la pandemia de coronavirus procedente de Wuhan, superando por poco los 500.000, una cota no vista en las estadísticas oficiales de España desde 1901, con un descenso de la esperanza de vida en 2020 en el entorno de un año y medio, que previsiblemente será temporal, estrictamente ligado al efecto del covid. Finalmente, la entrada de inmigrantes en España se redujo en 2020 de forma apreciable respecto a 2019, pero siguió siendo considerable, pese al drama sanitario y económico vivido. Da que pensar.

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    USP
    I Barómetro demográfico del CEU.2021

    Este informe es el primero regular que realiza el Observatorio Demográfico del CEU, creado en el curso académico 2019-2020 para ayudar a cubrir el déficit que existe en España de entendimiento sobre la evolución demográfica de España en las últimas décadas y sus consecuencias, y en particular de lo que implica que haya una fecundidad muy insuficiente para el relevo generacional. Una tasa de natalidad demasiado baja aboca a España a un envejecimiento social muy intenso y a la pérdida de población nativa, fenómenos cuyos efectos negativos solo pueden paliarse en parte mediante inmigración extranjera, y ello con la premisa de que se gestionen bien los flujos de llegada de inmigrantes y su integración en la sociedad española, pues de otro modo se generarían problemas sociodemográficos adicionales. En este informe se describe la situación demográfica actual a través de sus principales variables (nacimientos, defunciones, flujos migratorios, distribución por edad, sexo y origen geográfico de la población) y de otras con gran impacto sobre la demografía como la nupcialidad, partiendo de cuáles eran las dinámicas demográficas españolas antes del comienzo de la Transición a la democracia y con anterioridad. La comparación permite apreciar el extraordinario vuelco que ha habido en todos los factores con incidencia en la «salud demográfica» de España. Hemos pasado de ser un país con alta fecundidad y mortalidad, y mucha más emigración que inmigración exterior, en el que casi todo el mundo se casaba «para toda la vida», a otro con baja fecundidad y mortalidad (y por tanto, muy alta esperanza de vida), mucha más inmigración que emigración exterior, mucha menos nupcialidad, altas tasas de ruptura de matrimonios/parejas y de abortos sobre embarazos. Como consecuencia, España ha dejado de ser una tierra con mucha población joven y relativamente pocos ancianos, con muchos más nacimientos y defunciones y muy poca población de raíces extranjeras, a otra con más defunciones que nacimientos, mucha población inmigrante, con una media de edad mucho más elevada, muchas más personas que viven solas y un número medio sustancialmente menor de personas por hogar. Las perspectivas demográficas de España, si no repunta la natalidad, no son halagüeñas.