196 | 30, pp. 187-210 | doxa.comunicación

enero-junio de 2020

Comunicar la humanización de la atención hospitalaria. Un ejercicio de responsabilidad social en los hospitales...

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

personal sanitario y los pacientes, más sensible a sus necesidades, sus preferencias y valores, a la hora de tomar decisio-nes, prescribir y aplicar cuidados y tratamientos. La atención centrada en el paciente sólo puede concebirse desde una perspectiva biopsicosocial, superando los esquemas exclusivamente biomédicos, y asentada en un vínculo de confianza entre paciente y médico (King y Hope, 2013; Stewart, 1995, 2001; Greene, Tuzzio y Cherkin, 2012).

En su libro Patient-Centered Medicine: Transforming The Clinical Method (Stewart et al, 2003), un grupo de investigadores de las Universidades de Ontario, Western Ontario y Ottawa, Canadá, atribuyen la enunciación del concepto “Medicina centrada en el paciente” al médico psiquiatra húngaro Michael Balint, quien, con un grupo de colegas, después de estu-diar la psicología de la relación entre médicos y pacientes, acuñaría el término y destacaría sus diferencias con la medi-cina centrada en la enfermedad (Balint, 1979). La medicina centrada en el paciente supondrá una transformación en el método clínico (Stevens, 1974; Tait, 1979) y su posterior perfeccionamiento (Byrne y Long, 1984). El grupo dirigido por Stewart entenderá, además, que el nuevo paradigma, esta renovación en la interacción de los médicos con los pacientes, significará un giro fundamental en la relación de poder: “para brindar una atención centrada en el paciente, el médico debe ser capaz de empoderar al paciente, de compartir el poder en la relación” (Stewart et al, 2003: 5).

En 1995, Stewart publicó un artículo en el que se recogían los resultados de las investigaciones sobre la comunicación mé-dico-paciente, realizadas a lo largo de 25 años. Este estudio longitudinal evidenciaba los problemas derivados de la falta de transmisión de información. Por un lado, la relativa a la información transmitida por el paciente al médico, cuando éste trata de elaborar la imprescindible historia clínica. Y, por otro, la información transmitida por el médico al paciente, cuando el médico pretende explicarle su prescripción y el tratamiento.

En líneas generales, los estudios consultados por Stewart señalaban:

Un 50 por ciento de los problemas psicosociales y psiquiátricos pasan desapercibidos en las consultas.

Los médicos interrumpen a los pacientes a los 18 segundos, en promedio, cuando estos exponen los síntomas de sus dolencias.

El 54% de los males y el 45 % de las preocupaciones de los pacientes no son expresados en las consultas.

En un 50 % de los casos los pacientes y los médicos no coinciden en la identificación de qué es lo esencial de la dolen-cia. Y como consecuencia, los pacientes se sienten insatisfechos (Stewart, 1995: 1429).

Además, se destaca la importancia de discriminar y explorar de manera diferenciada, de una parte, la enfermedad en misma, y de otra, el sentir único y particular del paciente ante sus padecimientos. Stewart insiste en la importancia de la atención centrada en el paciente y destaca sus beneficiosos resultados: menos denuncias por mala praxis, mayor sa-tisfacción de los médicos, mayor satisfacción de los pacientes, mayor seguimiento de los tratamientos, reducción de las preocupaciones y mejor estado psicológico de los pacientes (Stewart et al, 2003: 14).

Años más tarde, en 2012, Greene, Tuzzio y Churkin concluirán que los pacientes con una buena relación con sus médicos se someten a menos estudios clínicos y se ven menos inclinados a iniciar acciones legales ante una mala praxis. Y, asimis-mo, la atención centrada en el paciente beneficia también a los profesionales médicos quienes resultan ser más eficaces en el tratamiento de sus pacientes. Estos autores expondrán, además, la necesidad de expandir el modelo de la “Medicina