doxa.comunicación | 28, pp. 241-260 | 257

enero-junio de 2019

María José García-Orta, Victoria García-Prieto y Miriam Suárez-Romero

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Con respecto a las plataformas que usan para ver los contenidos, YouTube es la preferida por los jóvenes (99,10%).

Este dato es coincidente con muchas de las indagaciones relacionadas. Y no solo sucede entre los jóvenes menores de edad, pues El Confidencial (11 de abril de 2017, online) publicaba hace dos años que “El 72% de los jóvenes ve más Youtube que la televisión”, titular usado en un artículo en el que se indicaba que “Para los encuestados la televisión tradicional tiene mu-chas cosas negativas, entre ellas, su programación, la nula flexibilidad para elegir los contenidos y la falta de interacción”. Los datos del diario se basaban en un estudio de la web de tendencias Cultture, que realizó la encuesta a partir de una base de datos propia de usuarios españoles de entre 18 y 35 años, con 1.682 participantes. La tendencia, por tanto, ha sido ob-servada también en sectores de edad no tan tempranos.

Sin embargo, no todas las tendencias conocidas se reproducen en nuestro estudio a pequeña escala. A diferencia de los datos publicados por la CNMC (2018), Movistar+ no ocupa la segunda posición en el ranking de nuestro estudio, ya que es reemplazada por Netflix, donde se emite una de las series más votadas por los menores (Stranger Things). En tercera posición estaría Movistar+ y a continuación HBO.

Como futura línea de estudio sería altamente interesante incluir en las investigaciones las posibilidades y usos de la nueva televisión de Apple. Sin embargo, no está entre las mencionadas por los menores que, sin embargo, indican otras platafor-mas o portales no tenidos en consideración porque no aparecen en los informes del sector, como son Plusdede, Masdede o Twitch TV. Además, cabe reflexionar sobre el hecho de que ninguno de los encuestados ha mencionado plataformas de contenido audiovisual creadas específicamente para su franja de edad, como es el caso de Televeo o de Playz, esta última la plataforma digital de TVE creada en 2017 para ofrecer contenidos interactivos y de producción exclusiva para la web.

Precisamente sobre la interacción de los jóvenes, Carlos A. Scolari (2018b) escribía recientemente en La Vanguardia una reflexión en la que indicaba que “En lugar de considerar a los jóvenes como consumidores abducidos por las pantallas, los interpelamos como prosumidores (productores + consumidores), personas capaces de generar y compartir contenidos de diferentes tipos y niveles de complejidad”. Y muchos trabajos académicos apuntan hacia esta idea desde hace varios años, como los de Dezuanni y Hernández (2012), Vidales y Rubio (2014) o, muy recientemente, la interesante aproximación del ya mencionado Scolari (2018a).

No obstante, los resultados que aquí presentamos no son coincidentes con los anteriores, pues una de las asignaturas pendientes de los jóvenes es el grado de interacción. De hecho, con este estudio, se cuestiona el convencionalismo de que internet es el paradigma de la interactividad. Sólo una quinta parte de los encuestados afirmó participar activamente valorando o comentando los contenidos que visualizaban, mientras que el resto se limitaba a consumir los contenidos, imitando así el modelo de televisión lineal con un proceso clásico de comunicación emisor-receptor.

El papel de prosumidor no está consolidado entre estos jóvenes, ya que sólo el 35,14% de los participantes había subido contenido audiovisual a internet, sobre todo en redes sociales como Instagram, Twitter o YouTube. Aquellos crean conte-nidos en redes sociales, no interactúan con los contenidos que consumen en las plataformas online, asumiendo el rol de un receptor pasivo.

Esta investigación, que constituye una primera aproximación al campo de estudio a través de la indagación en un caso concreto y geográficamente localizado de un centro, ofrece un punto de partida para ampliar los interrogantes y cues-