doxa.comunicación | 28, pp. 179-199 | 181

enero-junio de 2019

Carmelo Garitaonandia, Inaki Karrera y Nekane Larrañaga

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Una excepción notable es el proyecto EU Kids Online, que entrevistó a más de 25.000 niños y niñas de 9 a 16 años y a sus padres y madres en 25 países europeos.

Este estudio presenta el análisis de los resultados más significativos en España del mencionado proyecto Net Children Go Mobile en basándose en las cuestiones que enumeramos a continuación.

2. Riesgos y daños

Uno de los mayores hallazgos de este proyecto es que las experiencias de riesgo online no conducen necesariamente al daño, tal y como indicaron los propios menores (Livingstone et al., 2011). De hecho, la investigación EU Kids Online mostró que los niños y las niñas que se encuentran con mayor número de riesgos en línea no son necesariamente quienes sufren consecuencias más dañinas; por el contrario, normalmente son ellos quienes demuestran más habilidades y desarrollan más resiliencia. Los niños y las niñas que están menos expuestos tanto a las oportunidades como a los riesgos tienden a sentirse más molestos y preocupados cuando sufren una experiencia online negativa (ibídem; ver también Livingstone, Hasebrink, & Görzig, 2012). Tanto entre los mayores, expuestos a más riesgos pero más resistentes, como entre los peque-ños, que participan en menos actividades y se enfrentan, por tanto, a menos riesgos, la vulnerabilidad online y offline van de la mano.

2.1. Bullying

Si bien es una cuestión recurrente tanto en la investigación como en las agendas públicas y políticas, no hay una definición estandarizada de lo que es el ciberbullying dado que el fenómeno en mismo está en permanente evolución (Schrock & Boyd, 2008; ver también Levy et al., 2012). La mayoría se basan en la definición del propio bullying y sus componentes. El bullyingha sido descrito como una forma de agresión que es (a) intencional, (b) repetitiva, y que (c) implica una des-igualdad de poder entre víctima y agresor. Consecuentemente, el ciberbullying se define como una agresión intencional y repetida utilizando cualquier tipo de aparato tecnológico, como internet o el teléfono móvil.

Aunque el ciberbullying es una actividad intencional y repetida que busca hostigar o ridiculizar a otra persona, e igual-mente implica la desigualdad de poder que se ha mencionado, la investigación ha mostrado que las especificidades de la comunicación online o móvil refuerza los rasgos del bullying tradicional añadiéndole nuevos elementos. Por ejemplo, el anonimato “puede incrementar la naturaleza amenazadora de un acto de ciberbullying, o el sentido de impotencia de la víctima resultante” (Levy et al., 2012, p. 11), e igualmente incrementar el desequilibrio de poder entre la víctima y el agresor. El anonimato, sin embargo, puede no ser exclusivo de las comunicaciones en línea (y de hecho, el ambiente escolar puede facilitar que haya actos de bullying anónimos, como Levy y sus colegas señalan). Además, mientras un acto de ciberbullying puede no repetirse en el tiempo necesariamente (Levy et al., 2012), las propiedades de los públicos mediados –persistencia, trazabilidad, replicabilidad y audiencias invisibles (Boyd, 2008)– amplifican potencialmente la duración del ciberbullying y sus consecuencias dañinas, ya que audiencias más amplias pueden verse implicadas.

La investigación precedente ha mostrado que, si bien el ciberbullying es menos común que el bullying offline (Livingstone et al., 2011; Ybarra & Mitchel, 2014), es una experiencia muy angustiosa y dañina (Livingstone et al., 2011). El desplaza-