doxa.comunicación | 28, pp. 79-96 | 81

enero-junio de 2019

María-José Higueras-Ruiz, Francisco-Javier Gómez-Pérez y Jordi Alberich-Pascual

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

1. Introducción

La asignación de la autoría de un proyecto creativo constituye una tarea compleja, propiciando que críticos y académicos pertenecientes a diferentes medios –literatura, cine y televisión– muestren su interés hacia dicha cuestión. En este sentido, numerosos investigadores han revisado las aportaciones en torno al concepto de autor en el cine y la literatura, cuyos re-sultados constituirán la base para el estudio en el medio televisivo (Mittell, 2015).

La Politique des Auteurs ha experimentado diversas articulaciones, así como críticas y modificaciones desde su origen. De forma genérica, consiste en defender la posición del director como autor de la película, y su actuación, como expresión creativa y personal, lo que configura una huella reiterativa en el conjunto de su obra fílmica (Cuevas, 1994; Sanderson, 2005; Pellejero, 2012; Chaudhuri, 2013; Galindo-Pérez, 2015).

En la era contemporánea resulta esencial hacer referencia a este paradigma en la industria televisiva, señalando el aumen-to y la popularidad de la producción de series de ficción, lo que incrementa la atención de críticos y periodistas hacia dicho medio (Schatz, 2014; Perren y Schatz, 2015).

Así, diversos textos asignan la autoría en televisión al productor ejecutivo-creativo y valoran la consideración del showrunner as auteur (Newman y Levine, 2012; Blakey, 2017). Siguiendo esta idea, Kompare (2011) incide en tres nociones relacionadas: la producción televisiva es entendida como un proceso colaborativo, la autoría en televisión supone una marca que permite a las cadenas competir en el mercado gracias a la firma autoral de los creadores de las series de ficción que emiten, y este fe-nómeno contribuye a la formación de un espectador culto y al incremento del interés suscitado por los círculos académicos.

Para comprender la noción de autor en el medio televisivo debemos considerar su actuación dentro de un contexto econó-mico y cultural determinado (Mittell, 2015; Blakey, 2017), advirtiendo el complejo sistema de comunicación que conlleva dicho proceso colaborativo, lo que dificulta la tarea de discernir quién es el autor de la obra (Cantor, 1988; Thompson y Burns, 1990; Kubey, 2009; Mann, 2009). A pesar de ello, Hills (2013: 201) expone que “lejos de dejar de ser un tema de inte-rés académico y para la audiencia, la autoría se ha convertido en un factor cada vez más importante para la industria de la televisión, con la adopción de un modelo de showrunneral estilo de los Estados Unidos”3.

Podemos destacar trabajos previos, como el de Newcomb y Alley (1983) The Producer’s Medium–, que ya asignaban el control creativo en televisión al productor ejecutivo, cuya visión personal y habilidad para articular las aportaciones de los diferentes profesionales eran determinantes para el resultado final del proyecto. No obstante, en el siglo XXI las citadas cuestiones se ven acentuadas gracias a la popularidad adquirida por el showrunner que, según Newman y Levine (2012: 38), “es potencialmente un autor, un artista con una visión única cuyas experiencias y personalidad se expresan a través del oficio de contar historias, y cuya presencia en los discursos culturales funciona para producir autoridad en las formas con las que se identifica”4.

3 Texto original: “far from receding as a topic of academic and audience interest, authorship has become an increasingly important factor for the TV industry, with a US-style ‘showrunner’ model being adopted” (Hills, 2013: 201). Traducción propia.

4 Texto original: “is potentially an auteur, an artist of unique vision whose experiences and personality are expressed though storytelling craft, and whose presence in cultural discourses functions to produce authority for the forms with which he is identified” (Newman and Levine, 2012: 38). Traducción propia.