doxa.comunicación | 29, pp. 75-95 | 79

julio-diciembre de 2019

Elena Bandrés Goldáraz

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Estos roles han ido evolucionando como recoge la investigación de Sánchez-Aranda, Fernández, Gil y Segado (2011: 126) sobre la representación de las mujeres en las series televisivas emitidas en prime time en España. Este estudio muestra la evolución de esta representación respecto al informe de Graydon (2001) y afirma que el papel de la mujer representada en las series ha cambiado sustancialmente al ampliar sus roles de representación y eso “constituye el síntoma más evi-dente de unos cambios en la sociedad que, a su vez, han provocado la modificación de la realidad que muestra la ficción televisiva”.

La presencia de los estereotipos de género en cualquier producto audiovisual preocupa por los efectos que pueden ejercer en la infancia y adolescencia porque, como afirma Sánchez-Labella, (2016) los personajes de ficción “se convierten en modelos sociales, a partir de los cuales los espectadores pueden sentirse atraídos e, incluso, identificados”. Para Martínez i Surinyac (1998) en Galán Fajardo, (2006) “los estereotipos son bastante usuales y prácticos en los medios audiovisuales, ya que actúan simplificando los atributos psicológicos de los personajes, sin llegar a definir rasgos complejos y destacando sus características más relevantes”.

Los estereotipos se utilizan para reducir, en este caso al personaje, a pautas y características fáciles de asimilar por parte del espectador y de la espectadora, pero su reducción y vulgarización pueden resultar muy peligrosos por la propagación en el tiempo de este tipo de caracteres y su posible influencia en las audiencias, especialmente en los adolescentes y jóve-nes. Halliday (1982), en Giraldo y Londoño (2017) dice que “la construcción de realidad es inseparable de la construcción del sistema semántico en que se halla codificada dicha realidad”. En este sentido, la investigación de Abad y Fernández (2016) sobre los motivos por los que los y las adolescentes eligen para ver la serie La que se avecina destacan, además de la risa que les genera y el entretenimiento, por parte de las chicas, los comentarios que llevan a cabo con “cuestiones que relacionan la ficción con la realidad” porque “se acerca a la vida real y permite ver las cosas desde otro punto de vista”. Para los chicos (Ibid.) predomina el “escapismo (…) olvidarse del estudio y de la rutina diaria” y también consideran que “es lo único bueno que hay en la televisión”. Estos autores consideran que los vínculos que generan los adolescentes con LQSA “unido a un elevado consumo de la serie (…) por parte de casi un 70% de los jóvenes supone una mayor incapacidad para ser críticos con el mensaje”.

El discurso dominante se convierte en poder y como recoge Van Dijk, (2016) “el poder no es siempre ejercido bajo la for-ma de actos abusivos ejecutados por miembros de un grupo, sino que puede ser representado por un vasto repertorio de acciones naturalizadas en la vida cotidiana (Foucault 1980), como es típicamente el caso de las muchas formas habituales de sexismo o racismo (Essed 1991)”.

La serie que nos ocupa, La que se avecina (LQSA) es un producto audiovisual estrenado el 22 de abril de 2007 en Telecinco, cadena española de televisión generalista perteneciente al grupo Mediaset España Comunicación, en el que se integran también las cadenas de TV Cuatro, Factoría de Ficción, Boing, Divinity, Energy, Be Mad TV además de Telecinco HD, Cuatro HD. Esta serie, creada por los hermanos Laura y Alberto Caballero, junto a Daniel Deorador ha obtenido siempre una buena media de audiencias. Se estrenó con un 28’8% de cuota de pantalla y 4.161.000 de espectadores, según los datos de Fórmula TV (2017). A pesar de que en estos once años de emisiones ha llegado a registrar un 12,2% de audiencia,