doxa.comunicación | 29, pp. 75-95 | 89

julio-diciembre de 2019

Elena Bandrés Goldáraz

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Por contra, un comentario de la modista que tiene el taller en su piso le dice abiertamente al marido de la vecina que quiere que participe en el desfile para presentar su colección que: “no valéis para nada y no hacéis más que molestar”. Otro estereotipo es el 1 (incapacidad para bastarse a mismas), cuando el hijo de la “peculiar” mujer mayor que hace la vida imposible a los vecinos, decide sobre la situación de su madre y va a determinar él si le pone cuidadora o la lleva a una residencia, cuando la madre está en perfectas condiciones. Este capítulo fue líder de audiencia respecto a todas las cadenas de TV españolas y también consiguió el minuto de oro con 4.496.000 espectadores que supuso un 29,2% de share.

En este capitulo analizado aparecen los estereotipos 1, 2, 4 y 6 (incapacidad para bastarse a mismas; sentimiento de inferioridad al considerar que los hombres son mejores que las mujeres; poca exigencia de misma y supedita su volun-tad a la del varón respectivamente), en dos personajes femeninos, la mujer que encarna el papel de “beata”, esposa del mayorista de pescados y en la asistenta. El estereotipo 3 (consideran que los triunfos relevantes están reservados para los hombres) se refleja en el personaje de la dependienta y madre de cuatro hijos. El cuarto estereotipo queda también reflejado en la joven que vive de prestado en casa de su prima y en el personaje de la modista, que mantiene una relación con el hermano del que es padre de cuatro hijos.

El quinto estereotipo y el sexto, (supedita su voluntad a la del varón y ser femenina es mostrarse impotente, fútil, pasiva y dócil) se refleja en el personaje de la hija transexual de la mujer caracterizada por su beatería.

El cliché número 8, (la trascendencia erótica consiste en habituarse a hacerse presa), aparece en el personaje que encarna la asistenta ex drogadicta y ex prostituta y en la modista.

El capítulo de la undécima temporada presenta el estereotipo 4 (poca exigencia de misma) cuando el personaje machista y xenófobo dice a la vecina que ha resultado elegida como presidenta de la comunidad que es “una maruja analfabeta”, a lo que ella le responde: “¿analfabeta yo? ¡Pero si me compro el Hola todas las semanas!”, A lo que le res-ponde “Lo que nos faltaba. Una rebelión feminista. Con lo bien que funcionaba el mundo cuando no podiáis votar”. En otro momento de esa escena, otro personaje masculino dice que “una maruja que lee es muy peligroso”. Los comentarios machistas no tienen una contestación ad hoc. Ella insiste en complir con la legalidad para hacer unas obras y el machista, junto con el grupo de vecinos que no quiere le vuelve a insultar con el adjetivo “maruja”. En una escena en la que el grupo de tres mujeres consuelan al personaje transexual femenino dicen que “la mejor manera de encontrar un príncipe azul es asfixiándolo”. Se da de nuevo el estereotipo 5, (supedita su voluntad a la del varón), al aceptar la madre de los cuatro niños el chantaje de su cuñado para que le haga un favor sexual a cambio de poder ver a sus hijos.

La trabajadora doméstica Chusa también hace trabajos sexuales, encargados por una de las vecinas para su hermano. Una persona de color, utilizado como objeto sexual por una de las dos primas que viven juntas, está dando un masaje en los pies con la que ha pasado la noche y ella dice “ahora entiendo a los confederados, como para abolir la esclavitud”. Esta frase le hace decir a la otra “no seas burra”. El personaje machista y xenófobo se encuentra a esta persona en el pasillo del inmueble y le dice: “¿Te tienen de chacha? Me das mucha pena. Te readmito en Mariscos Recio para que recuperes tu dignidad”.

Análisis de los estereotipos del capítulo 10X05: ‘Una novia virtual, una pretty chacha y un mamoneo confuso.