1. Investigación

Miguel de Unamuno es una de las figuras más destacadas de nuestro panorama literario y filosófico español. Su obra se caracteriza por una profunda reflexión sobre la condición humana, lo que se refleja en su antropología y en sus novelas. Así, su aportación a la antropología está marcada por un profundo carácter existencial. Su constante lucha entre razón y fe, así como su anhelo de inmortalidad, todo ello recogido en su sentimiento trágico de la vida, se hace presente en toda su producción literaria. De aquí que, el trabajo que se presenta tenga como finalidad demostrar de qué modo podemos llegar a definir la antropología filosófica de Miguel de Unamuno, a partir de sus obras, especialmente de sus novelas o nívolas como él gustó en llamarlas. Partiendo de la interrelación que necesariamente se da entre el autor y su obra, se va desarrollando a continuación el modo cómo Unamuno hizo de su producción literaria, una exposición de toda una problemática existencial, dirigida hacia la autoconciencia de la limitación física y temporal, que define la antropología unamuniana. Se concluye en la consideración de que, en Unamuno, su antropología y sus novelas forman un todo indivisible. Las novelas no solo narran historias, sino que se convierten en laboratorios en los que Unamuno explora las preguntas fundamentales sobre la existencia humana, mientras que su antropología filosófica es una base teórica que alimenta y da profundidad a sus personajes y tramas. La obra de Unamuno, tanto en su vertiente filosófica como literaria, sigue siendo un testimonio apasionante de la complejidad del ser humano.

Como es bien sabido, Leibniz llevó hasta sus extremos una tesis largamente discutida en la escolástica, a propósito de la doctrina de la creación: ¿Dios cuando actúa hace todo lo mejor que puede? Y en consecuencia, ¿es este el mejor de los mundos posibles? Leibniz (al contrario que las tesis clásicas) respondió afirmativamente. Pero el trágico terremoto de Lisboa de 1755 hizo que Voltaire satirizara su propuesta por medio de poemas y novelas. Pero además de las propuestas teóricas, de un signo u otro, que responden a la inquietud del "por qué me pasa esto", los seres humanos necesitamos respuestas de tipo práctico que respondan a la cuestión existencial: "y ahora qué hago". En este sentido, la imagen del bíblico Job paciente es tan necesaria o más que las teorizaciones de los pensadores ilustrados. De ahí la oportunidad de una propuesta que aúne en un mismo currículo educativo las exigencias de la razón junto con las propuestas de la Revelación, desde la concreción de una pedagogía de la vulnerabilidad.

Julián Marías es uno de los intérpretes autorizados de José Ortega y Gasset y si para este fue clave la reflexión sobre la Universidad como institución, también lo fue para el discípulo. Marías tuvo una gran preocupación por la educación superior y algunos de sus trabajos tienen como objetivo hacer un diagnóstico de la Universidad española, así como hacer propuestas audaces de mejora de la misma. Esta investigación tiene dos partes bien diferenciadas. Por un lado, se expone la experiencia que tuvo Marías de la Universidad en los años de la Segunda República española de la mano de Ortega, Zubiri, Gaos, Besteiro y otros tantos grandes profesores que poblaban la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. Por otra parte, se puede decir que Marías llevó a cabo su propia reflexión sobre la institución universitaria española, mostró sus preocupaciones y sus puntos susceptibles de mejora a partir de su propia experiencia como alumno y de sus estancias en universidades extranjeras. De todo ello se pueden obtener enseñanzas que quizá nos permitan reflexionar sobre el papel y la organización de la Universidad en el siglo XXI.

El proceso de digitalización de nuestra cultura afecta a nuestra autocomprensión (Taylor, 1996) y a la comprensión de la vida buena en el sentido ético-político clásico, como señala H. Rosa (2019). La tardomodernidad occidental nos lleva, · de la mano de la tecnología, a una serie de prácticas comunes en las relaciones con la naturaleza, con las demás personas y con nosotros mismos, bajo el factor común de la aceleración. Si esta descripción es adecuada, entonces la nueva vulnerabilidad humana es radical, porque afecta a nuestro modo de percibir el mundo, sentir afectos, entendernos y relacionarnos. Nos toca valorar qué bienes ganamos y perdemos en el proceso. La conclusión del análisis sería performativa o terapéutica, pues propone recuperarnos prudencialmente de las heridas (pérdidas) con un cambio de paradigma cultural. El giro puede inspirarse en la teoría de la "resonancia'' de H. Rosa, una reedición actual del concepto clásico de "vida buena''. No obstante, para que esta lectura cultural sea cabal, en el análisis han de rescatarse también los elementos humanizadores de la digitalización, tarea interdisciplinar que habrán de ejecutar quienes llevan años implicados en este cambio de paradigma.