doxa.comunicación | 31, pp. 403-419 | 407

julio-diciembre de 2020

Soledad Chavez Fajardo

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

este principio”, locución que aparece por primera vez en la edición usual de 1783. Román achaca un posible error al dic-cionario académico y pensamos que, más que un error, lo que tenemos es una interferencia asociativa fonética.

2.1.8. En primer lugar, tenemos la voz baza, la cual hasta el día de hoy se le achaca una etimología discutida. Se pensó que podría venir del árabe, por lo que una larga tradición lexicográfica así lo advirtió: Autoridades (1990 [1726]), afirma que viene del árabe “vencer, sojuzgar, dominar”, que pasa a “llevarse una cosa” en la edición de 1899 y a “ganancia conquistada en la disputa” en la edición de 1956. La tradición lexicográfica etimológica del siglo xix insiste en el arabismo: Echegaray (1887) y Barcia (1880), afirman que viene del árabe “vencer, porque el que hace la baza vence”. Ya en la tradición lexico-gráfica etimológica del siglo xx, relativiza el DCECH (1980) la tesis arabista, puesto que la voz no aparece en los grandes repertorios lexicográficos árabes.

2.1.9. Sin embargo, dentro de la tradición lexicográfica etimológica del xix destacamos otra línea, con una hipótesis in-doeuropea, en especial germánica. Tal es el caso de Calandrelli (1881), quien cita la tesis de Diez, en donde se propone que la voz viene del medio alto alemán bazze: “ganancia, beneficio, provecho”, derivado del adjetivo baz: “bueno, provechoso, útil”, derivado, a su vez, del antiguo alto alemán baz o paz: “útil, provecho, bueno, excelente”, con una base indo-europea bhad-. De allí derivan tanto baza como báciga (‘antiguo juego de naipes’), propone Calandrelli, correspondiente al italia-no bázzica y al catalán basa. Meyer Lübke (1935 [1911–1920]), posteriormente, objeta la tesis de Diez, sobre todo por las sibilantes en concurso en la voz, que no se condicen con la realidad románica de la voz.

2.1.10. Corominas y Pascual (en el DCECH 1980) propusieron que la voz podría haberse tomado del italiano bazza ‘ganga, ganancia’, de origen incierto y que ya estaba en italiano desde fines del siglo xv sin mayor información. Para poder justifi-car mejor esta propuesta y, por lo tanto, poder desentrañar la relación entre baza y basa en la locución que Román critica, nos hemos quedado sin mayor fuente o repertorio dónde indagar. He aquí, entonces, que los repertorios en papel quedan cortos y requerimos hacer una búsqueda en línea de lo que nos pueda aportar la romanística in extenso.

2.1.11. En efecto, hemos detectado en bancos de palabras actuales, como en el Tesoro della lingua italiana delle Origeni (TLIO), proyecto dirigido por Pietro Beltrami, que la voz ya estaba datada a principios del siglo xiv en el italiano (cfr. TLIO: Anonimo Genovese, 1311). El TLIO, a su vez, propone que la etimología viene del provenzal bauzejar ‘frodare’ (‘defrau-dar’). Aquí nuevamente nos ayudó la lexicografía románica en línea, puesto que el Dictionnaire de L’Occitan Médiéval (DOM) nos confirma que bauzejar es, justamente, ‘frauder’ y que vendría de una raíz germánica *bauson, *bausjian (por lo que Diez y Calandrelli no estaban tan perdidos), algo que cotejamos en el Französisches Etymologisches Wörterbuch (FEW), también en línea, pero con este sentido, el de ‘defraudar’.

2.1.12. Volviendo al espacio ibérico, la voz en cuestión, señala Corominas, pasó del italiano al catalán basa y al portugués vasa, ambas pronunciadas con la sibilante sonora, como la italiana. Este dato será fundamental para la posible confirma-ción de esta hipótesis, puesto que de ser sonora la sibilante y al ser un préstamo, podría haberse dado ese trueque tardío que hemos detectado en la primera tradición lexicográfica de la voz en español.

2.1.13. Como sea, el hecho de que se presente, a su vez, el homónimo basa, base como “fundamento o apoyo” y que la disposición formal del juego de cartas asimilaría a una base (algo que ya había comentado Covarrubias) generará el cru-ce con la baza. Esto, más el hecho de que la voz, en claro préstamo, tuviera una sibilante sonora ayudó a que vacilara su