406 | 31, pp. 403-419 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2020

Historia del léxico español y la red global: algunos ejemplos

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Véase que la indistinción del grafema se da en el artículo mismo: este se inicia con basa y termina en baça, trueque que sorprende por lo tardío que es. En efecto, Alonso (1947) afirmaba que, en el siglo xvi, y aun antes, se encuentran algunas vacilaciones del tipo s-z, incluso lo ejemplifica con los casos encontrados por Menéndez Pidal en La leyenda de los infan-tes de Lara, en pluma de un escribano toledano, así como con algunos ejemplos tomados de Cuervo en la misma rima en autores castellanos como el madrileño Juan Álvarez Gato en el xv. Por otro lado, Valdés, en sus Diálogos, también daba cuenta de estos trueques (1969 [1535]: § 89), sobre todo en algunos hablantes de Castilla. Alonso postula que este tipo de confusiones, en un estado donde el paradigma sigue teniendo pares de fonemas sonoros, implica trueques entre ellos, es decir, entre las sibilantes apicoalveolares, palatales y dentales, siempre en los casos, eso sí, de palabras aisladas (cfr. 1947: 8). Justamente, esta es la pista que no podemos dejar de lado en este caso: la posibilidad de la sonoridad en la sibilante de la voz.

2.1.4 Sigamos con el cotejo en los diccionarios de la época de Covarrubias: Rosal (1992 [1611]) lematizó basa y definió: “Basa en el naype, y fuera de él, es asiento o peana y grada en edificio, tomado del gr. basis; que tal forma representan las basas en el juego”. Por lo tanto, encontramos tanto en Covarrubias como en Rosal, la alternancia gráfica basa /baza, en donde baza, voz que hace referencia a las cartas, puede ser escrita como basa. Los autores tratan ambas voces como derivadas de un mismo signo, basa, y con transición semántica: la primera carta es la basa (base) del resto en el juego, de ahí deriva, en transición semántica, el nombre del conjunto de cartas.

2.1.5 La tradición lexicográfica plurilingüe también nos da pistas interesantísimas. La mayoría de estos diccionarios le-matizan la voz relacionada con las cartas en el mismo artículo lexicográfico de la ‘base o fundamento’, es decir, en basa, al igual que Covarrubias y Rosal, por lo que siguen tratando, más que con una homonimia, con una polisemia. Fuera de esto, encontramos que la voz posee variantes: Palet (1604), en su diccionario bilingüe francés-español, fuera de basa, tam-bién lematiza baça con el mismo significado. Oudin (1607), en su diccionario bilingüe francés-español, al igual que Palet, fuera de basa, también tiene baça con el mismo significado y remite, además, a un vaza. Vittori (1609), en su diccionario trilingüe francés, español e italiano, fuera de basa, remite a vaza, como Oudin. Minsheu (1617), en su diccionario trilingüe inglés, español y latino tiene basa. Franciosini (1620), en su diccionario español-italiano, fuera de basa, lematiza en otro artículo las dos variantes: baça y vaça. Mez de Braidenbach (1670), en su diccionario español-alemán lematiza las dos variantes juntas: basa y baça y Stevens (1706), en su diccionario español-inglés tiene basa.

2.1.6. Este panorama plurilingüe nos llevó a pensar en una posible indistinción, sobre todo avalado por ese basas-baças en Covarrubias y basa en Rosal, algo que se continua con la tradición lexicográfica plurilingüe, para empezar, poco a poco a decantarse el uso por la sibilante interdental baza, tal como vemos en los autores más tardíos de diccionarios bilingües, como Sobrino (1705), quien en su diccionario español-francés solo lematiza la voz en baça.

2.1.7. Ya en la tradición lexicográfica monolingüe, en la segunda edición de Autoridades (1770) se incorporó solamente baza con la significación de “en el juego de naipes es el número de cartas que recoge el que gana la mano”. Sin embargo, es relevante que se sigan presentando casos de variantes, como en el Suplemento de Domínguez (1869), donde una de las acepciones de baza remite a basa. Nos detenemos en esto porque la crítica de Román se centra, justamente, en uno de los casos en donde la voz entra en fraseología, específicamente en la locución sentada esta/la baza, con el valor de “sentado