doxa.comunicación | 31, pp. 403-419 | 415

julio-diciembre de 2020

Soledad Chavez Fajardo

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

mas, gracias a los avances en el estudio del protorrománico, se ha reformulado el étimo y se ha destacado, gracias a ello, un elemento morfológico novedoso.

A su vez, puede que el cotejo de una voz nos lleve por otros espacios en la red, que no tengan que ver con proyectos uni-versitarios para bases de datos o diccionarios en línea, como nos sucedió con la biblioteca digital del Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, del gigante editorial de los Testigos de Jehová.

En otros casos, hicimos uso del banco de palabras dirigido por el hispanista norteamericano Peter Boyd-Bowman: el Lé-xico Hispanoamericano (LHA), en línea y de libre acceso. Esta obra, la más importante para poder trabajar y cotejar con el español hablado en América, nos ayudó a determinar si una voz histórica se usó y desde cuándo se usó, así como su difusión en el continente, como en el caso de belduque o hilo de acarreto. A su vez, gracias al LHA pudimos comprobar que voces como amasandería o al apa se siguen usando solo en Chile hasta la actualidad.

10. Conclusiones

Tal como comentábamos en la introducción, una investigación acerca del léxico, sobre todo desde una perspectiva his-tórica y dialectológica, requerirá siempre la búsqueda de datos y cotejo de información. Esto se comprueba en este mis-mo ensayo, en donde las referencias bibliográficas dan, de por sí, para una reflexión crítica independiente, creemos. En efecto, los diccionarios, así como la información que se encuentra en internet, serán fuentes fundamentales para hacer lexicología histórica. También anunciamos que la información que nos entrega la bibliografía, digamos oficial o clásica de la hispanística será fundamental, pero insuficiente. Por lo mismo, bancos de palabras académicos como CORDE o CREA, o la Hemeroteca digital, de la BNE serán instancias determinantes, pero no las únicas. Por lo mismo es fundamental que todo quien desee investigar acerca del léxico hispánico deba abrirse a otras tradiciones lingüísticas o a otros espacios que no sean única y exclusivamente los hispánicos. En efecto, estos sitios en la red pueden ayudar a complementar o com-probar lo que se está investigando. En síntesis, lo que quisimos dar cuenta en este ensayo fue, justamente, dar cuenta de la relevancia de los medios digitales internacionales como corpus de investigación para hacer historia del léxico español. Insistimos en ello: el ecosistema digital global es un espacio lingüístico fundamental, que provee de datos algunas veces no tratados en la literatura académica u oficial de la hispanística, como diccionarios en línea del italiano medieval, del occitano o diccionarios etimológicos del francés o de las lenguas románicas.

En otros casos, lo que encontramos fue la existencia de corpus y bancos de palabras especialmente elaborados para la tradición hispánica, pero estos no están dentro de los bancos académicos u oficiales, de los que solemos echar mano las más veces. Muchas veces son proyectos de universidades anglosajonas (como el LHA) y si no estamos al día en lo que se está investigando en relación a la hispanística, podemos quedar fuera de todas estas herramientas que están en la red al acceso de cualquiera.

Otras veces, como vimos en un caso, más que proyectos universitarios, de filólogos y lingüistas, lo que nos ayudó fue el trabajo con bibliotecas en línea de proyectos que de buenas a primeras nos pueden, incluso, sorprender, como nos suce-dió con el Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania.