346 | 31, pp. 341-360 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2020

Ecosistema digital durante la COVID-19: nueva normalidad, desescalada y desconfinamiento

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

la idea de que el uso normal del lenguaje es ilimitado, por lo que puede producir y formar nuevas oraciones arbitrarias complejas.

A ello debemos añadir la concepción de Wittgenstein considerada como un positivismo terapéutico y preponderante en la escuela de Cambridge. Para Wittgenstein según el Diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora (1981)

[…] “el lenguaje puede ser comparado a un juego; hay tantos lenguajes como juegos de lenguaje. Por tanto, entender una palabra en un lenguaje no es primariamente comprender su significación, sino saber cómo funciona, o cómo se usa, dentro de uno de esos «juegos».

Al margen de la lógica formal, estima que el lenguaje no representa individuos o hechos, este es solo uno de los usos, sino que es básicamente un sistema de actividades en tanto que el significado se encuentra ligado a lo que denomina “juegos lingüísticos”; y procede así para referirse a las distintas formas de emplear los recursos lingüísticos ligados a diferentes situaciones comunicativas propias de formas de vida distintas. Basta con distinguir, en suma, el lugar natural que ocupan los términos o las proposiciones para comprender su significado. Incluso Javier Sádaba (1980: 119), en Conocer Wittgens-tein y su obra, lo explica del siguiente modo:

Los juegos de lenguaje son el locus del significado (49, 116, 261). ¿Qué quiere decir esto? Que la relación entre las proposiciones y los estados de cosas se hace, ahora, por medio de los juegos de lenguaje. Son lo último.

Continúa caracterizando este investigador los juegos de lenguaje como indefinibles, cambiantes, abiertos e incalculables. Ciertamente, afirma que, existen reglas, pero solo como un constructo abstracto que se necesita para la comunicación, dado que son arbitrarias y convencionales al tiempo que se aprenden en las reacciones de las personas ante los aconteci-mientos acaecidos. El lenguaje, por último, estará en función de nuestras necesidades e intereses y sus reglas consistirán en una práctica humana.

1.3. Analogías

Uno de los procedimientos de la formación y la aparición de nuevos usos y significados de palabras se encuentra en la raíz de las analogías.

Tal y como recoge Ferrater Mora (1981), la analogía se refiere a

[…] la correlación entre los términos de dos o varios sistemas u órdenes, es decir, la existencia de una relación entre cada uno de los términos de un sistema y cada uno de los términos de otro. La analogía equivale entonces a proporción, la cual puede ser entendida cuantitativa o topológicamente. Se ha hablado también de analogía como semejanza de una cosa con otra, de la similitud de unos caracteres o funciones con otros. En este último caso la analogía consiste en la atribución de los mismos predicados a diversos objetos […].

Asimismo, el análisis primigenio y prístino más detallado del concepto de analogía lo encontramos en el Órganon de Aristóteles en la concepción tripartita de los términos que clasifica en:

Unívocos: son aquellos que significan un solo concepto y se utilizan en el mismo sentido.