doxa.comunicación | 29, pp. 255-274 | 261

julio-diciembre de 2019

Renato Essenfelder, João Canavilhas, Haline Costa Maia y Ricardo Jorge Pinto

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Otra ventaja para la automatización de parte de las noticias es la supuesta imparcialidad atribuida al algoritmo, lo que ocu-rre si se le programó de manera neutral. Esta es, por cierto, la principal particularidad en la adopción de la automatización en coberturas más complejas, como la política, tal y como veremos en el estudio de caso del sistema AIDA, desarrollado dentro del Grupo Globo para las elecciones presidenciales brasileñas del 2018.

4. Las elecciones presidenciales del 2018 en Brasil

Las elecciones brasileñas de 2018, que se celebraron el 7 de octubre (ronda 1) y el 28 de octubre (ronda 2), fueron el punto más alto en un proceso de polarización de la sociedad brasileña (Abranches, 2019; Almeida, 2019; Souza & Viscarra, 2019). En un escenario particularmente problemático, por primera vez en la historia se procedió al arresto del candidato favorito para el cargo, el expresidente Lula, afiliado al PT (Partido dos Trabalhadores), y se produjo igualmente un atentado contra el entonces candidato Jair Bolsonaro, que después sería elegido con el 55% de los votos válidos.

A medida que crecía la polarización y la difusión de noticias falsas en redes sociales como Facebook, Twitter y especialmen-te WhatsApp (Mergulhão et al., 2018), la prensa tradicional enfrentaba un escenario de pérdida constante de credibilidad. En esta situación, Rede Globo, la emisora de televisión más grande de Brasil y uno de los 20 grupos de medios más grandes del mundo, según la consultora Zenith (2017), se encontró con críticas cuando el presentador de su telediario nocturno, “Jornal Nacional” (la mayor audiencia del país), leyó un texto técnicamente incorrecto al anunciar los resultados de una encuesta electoral a la presidencia. Leyendo una tabla de intenciones de votación del Instituto Datafolha, el periodista William Bonner anunció el 14 de septiembre de 2018:

Jair Bolsonaro de PSL tuvo un 22% en agosto, osciló dentro del margen de error a 24%, ahora fue a 26. Con un margen de error de 24 a 28. Ciro Gomes de PDT tuvo 10%, luego 13, ahora se mantuvo en 13, por el margen de error, 11 a 15. Fernando Haddad de PT, tuvo 4, luego creció a 9, ahora osciló al 13. Con el margen de error de 11 a 15 (Jornal Nacional, 2018, énfasis de los autores)1.

Las críticas se centraron en el mal uso del verbo “oscilar”. Técnicamente, “oscilan” los candidatos cuya variación porcentual en la intención de voto se encuentra dentro del margen de error de la encuesta. Cuando el resultado supera el margen de error, hacia arriba o hacia abajo, es correcto usar expresiones como “arriba”, “abajo” y otros sinónimos. Teniendo en cuenta que el tema de la noticia tenía un margen de error de dos puntos porcentuales, la variación de 9 puntos a 13 del candidato del Partido dos Trabalhadores, Fernando Haddad, fue de hecho un crecimiento, un aumento en la intención de voto, no una oscilación técnica.

La reacción ante dicha declaración fue inmediata en las redes sociales, a punto de que exactamente nueve minutos tras anunciar los resultados de esta encuesta, el periodista William Bonner ha hecho una corrección pública, en la que ha de-clarado textualmente:

1 Original: “Jair Bolsonaro, do PSL, tinha 22% em agosto, oscilou dentro da margem de erro para 24%, agora foi para 26. Com a margem de erro, tem de 24 a 28. Ciro Gomes, do PDT tinha 10%, depois 13, agora manteve os 13, pela margem de erro, 11 a 15. Fernando Haddad do PT, tinha 4, depois cresceu para 9, agora oscilou para 13. Com a margem de erro tem de 11 a 15” (Jornal Nacional, 2018, grifos dos autores).