210 | nº 28, pp. 201-221 | doxa.comunicación
enero-junio de 2019
El ciberacoso sexual y/o sexista contra las adolescentes. Nuevas versiones online de la opresión...
ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978
5.2. El ciberacoso sexual y/o sexista, prácticas normalizadas en la masculinidad
Como se puede apreciar en la ilustración anterior, en los grupos de discusión se constata que los chicos son los principales agentes de difusión de este tipo de contenidos. De hecho, especialmente en aquellos grupos formados únicamente por chi-cos, se observa que existe una mayor normalización de estos actos. En este sentido, los chicos se expresan con naturalidad sobre aquellos vídeos y fotos que se envían de chicas desnudas que no conocen o que tienen contenido pornográfico. He aquí algunos ejemplos de lo señalado:
H1 (chico, 16 años)- Porque se venden más fácil. A una chica le pasan una foto de un chico en pelotas y yo creo que no tienen tendencia a mandarlo o enviarlo… Pues lo ha visto y ya está, pero un chico es: “buah, ¡mira lo que me han man-dado!”… Y se lo pasan a uno, se lo pasan al otro… Y se la suda…
B10 (chico, 16 años)- Es que me imagino que muchos chicos pensarían: “¡buah, esta envía fotos!”, pues le hablan todos a saco.
También sus compañeras se refieren a que ellos son los principales agentes de difusión y agresores. En referencia a ello, se destaca la siguiente cita:
D10 (Chica, 16 años)- Y no dicen en plan… que yo ya he escuchado a los chicos en plan: “¡buah, qué guarra!”, es lo que más he escuchado decir siempre, ¡qué guarra!…
B1O (Chico, 16 años) -Pues, por eso básicamente, porque dicen: “buah, esta es la pedazo de guarra, la hablo y mañana quedo con ella”. Y ya está.
La visualización habitual de contenidos pornográficos, heterodirigidos a la satisfacción de los deseos masculinos de ob-jetivización y erotización del cuerpo femenino −videojuegos, anuncios, pornografía heterodirigida...−, y la educación en códigos de libertad sexual y en la necesidad adquirida de exposición de “grandeza”, favorece que los chicos adopten estas posturas (Martino y Pallota-Chiarolli, 2005; Ringrose y Renold, 2010; Zafra, 2005a; Gil, 2008; Vázquez, Estébanez y Herbón, 2013). El consumo elevado de este contenido merma la actitud crítica y sustenta y normaliza los actos que hemos descrito (Zafra, 2005a). Así, tal y como Vázquez, Estébanez y Herbón (2013) apuntaban, todas estas diferencias y desigualdades se siguen manteniendo debido a esta normalización e invisibilización que se produce gracias a la sumersión continua en esta información sexista y machista.
5.3. La normatividad de género en las formas de ciberacoso
Las personas que han formado parte de los grupos de discusión señalan cómo en las situaciones anteriormente descritas una audiencia masiva se convierte en juez únicamente de la actitud de una joven. Incluso en aquellos casos en los que se han grabado manteniendo relaciones sexuales, y en escena aparecen chica y chico, es ella la que es condenada y estig-matizada, mientras que al chico se valora como un héroe y se le felicita por la “gran hazaña”. Así lo manifiestan los y las adolescentes: