254 | 31, pp. 251-264 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2020

Dos calas en el discurso del odio al andaluz, de la tradición libresca a la prensa digital

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Tabla 1. Nuevas vías de progreso cualitativo

vía filológica

vía lingüística

Rastreo histórico

Análisis Crítico del Discurso

Instrumentalización política

Columnismo lingüístico

fuentes librescas

fuentes periodísticas

fuentes audiovisuales

fuentes periodísticas

discurso del odio

La vía filológica atiende al rastreo histórico de este discurso del odio, dirigiendo su mirada, por tanto, hacia las fuentes librescas, con la incorporación posterior, ya en el siglo xix, de las periodísticas, y en el xx, de los modernos productos audiovisuales. Por su parte, la vía lingüística aborda la construcción de la realidad que estamos analizando desde la pers-pectiva del Análisis Crítico del Discurso, en tanto que este concibe cualquier práctica discursiva como de carácter social (Fairclough y Wodak, 1997) que siempre persigue objetivos ideológicos (van Dijk, 2015). Por nuestra experiencia, tomando esta vía, insistimos en cuestiones como la instrumentalización política o el columnismo lingüístico practicado por deter-minados autores en los medios de comunicación, a fin de mitigar la visión negativa de la variedad andaluza.

2.2. La vía filológica

El trabajo de Alberto González Troyano (2018: 9-37) aborda la imagen de lo andaluz desde finales del siglo xviii hasta la actualidad. Tras el paso efímero de la Ilustración, gran parte de los estereotipos que perduran en el presente se crearon a partir de las descripciones de los viajeros románticos extranjeros. Y, pese a su noble empeño primigenio, no ayudó el cos-tumbrismo a neutralizar las distorsiones perpetradas por aquellos. Más bien sirvió, sobre todo en el caso de los epígonos de Serafín Estébanez Calderón, para amplificarlas. Se insiste, pues, en el tópico sin que exista forma alguna de contener su ímpetu arrollador. El movimiento costumbrista evoluciona hasta convertirse en género perpetuado. A ello debe añadírse-le la construcción, de forma interesada, por parte de la clase política de las regiones del centro y norte de la Península, de una serie de prejuicios en torno al andaluz, a fin de que como grupo dominante mantengan su posición.

Al hilo del diseño de esta jerarquía en las relaciones de poder, la sociolingüística crítica habla de la inferiorización del andaluz con respecto al territorio español restante (Rodríguez Iglesias, 2015: 99-104 y 2018: 98-109). La conversión del movimiento en género alcanza a los modernos productos audiovisuales, pues se identifica la existencia de ciertos perso-najes, por lo general de baja estofa y graciosos, con su procedencia andaluza, manifestada en su forma de hablar. Estamos hablando de decenas de series de televisión y de películas que han explotado el andaluz y su asociación con los ya cono-cidos estereotipos, sus actantes y sus escenarios. El estreno de Ocho apellidos vascos (2014) ha servido para reactivar la