242 | 27, pp. 239-251 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2018

Ofertas de empleo mejor remuneradas en comunicación y diseño: nuevos perfiles y efecto full-stack

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Por todo ello, el profesional que se autoincluye específicamente dentro de la comunicación digital interactiva es el que per-cibe como competencias más valoradas “aprender de manera autónoma y adaptarse a los cambios tecnológicos” (Ventura, Roca-Cuberes y Corral-Rodríguez, 2018: 340) y también “conocer y aplicar los softwares específicos y las nuevas tecnologías digitales al sector” (2018: 341) como la competencia disciplinar con mayor importancia. Monge-Benito y Etxebarria-Gan-goiti (2017) comparan las competencias más valoradas por los profesionales de la publicidad de la Comunidad Autónoma Vasca entre 2008 y 2016, con un peso especialmente determinante de las competencias en marketing digital.

El ámbito periodístico también requiere con urgencia mayores competencias digitales que permitan luchar contra la pau-latina caída en el número de lectores sufrida en la última década por la prensa tradicional, como refleja el hecho de que el 46,67% de la formación continua que reciben los periodistas de RTVE verse sobre la innovación tecnológica (Ortiz-Sobrino, 2015). El perfil tecnológico es esencial para que el periodista no se convierta en un elemento residual de equipos en los que hoy se integran programadores, técnicos de sistemas o desarrolladores de software. Solo así será posible analizar el big data informativo, procesarlo, comprenderlo y hacerlo comprensible (López-García, Rodríguez-Vázquez y Pereira-Fariña, 2017). La primera aproximación que los estudiantes de Periodismo realizan hacia el mercado laboral se produce como becario, con una remuneración que oscila entre los 0 y los 500 euros, reduciéndose sus funciones digitales a la redacción online (Pérez-Serrano, Rodríguez-Barba y Rodríguez-Pallares, 2015).

Los perfiles profesionales digitales cada vez demandan más formación específica y experiencia previa en un ámbito digital. En el caso del community manager, el 89% había desempeñado puestos en comunicación online antes de acceder a su posición actual y, aun considerando los estudios de Comunicación como los más idóneos (73,5%), el 59,3% considera ne-cesaria una especialización de postgrado y el 33,0% estima necesario incorporar asignaturas específicas en los estudios de grado (Silva-Robles, 2016). A comienzos de esta década, Sánchez-Gonzales y Méndez-Muros (2013) analizaban los perfiles profesionales 2.0 de la comunicación, constatando un auge de la figura del community manager. Tras los cambios que se están dando en Internet del big data, quedaría por comprobar si esta figura sigue liderando las ofertas de trabajo del sector comunicativo.

En cuanto al director de Relaciones Públicas en las grandes empresas, se destaca habitualmente su competencia estratégi-ca y comunicativa, pero nada se alude a las cuestiones de índole tecnológica (Cabrera-Cabrera y Almansa-Martínez, 2016) más allá de la comunicación digital realizada en medios sociales (Puertas-Hidalgo, Cadme y Álvarez-Nobell, 2015). Como consecuencia, las consultoras de comunicación han incorporado a su oferta los servicios de comunicación online, presta-dos actualmente por el 53,8% de las mismas (Miquel-Segarra, López-Font y Gil-Soldevilla, 2018).

Las competencias asociadas a los grados en Comunicación Audiovisual también se han diversificado y digitalizado, a pe-sar de la escasa importancia asignada de media por profesionales, docentes y estudiantes al manejo de bases de datos (3,62/5,00) o a la programación y optimización de páginas web, SEO y SEM (3,21/5,00) (Besalú-Casademont, Schena y Sánchez-Sánchez, 2017).

En definitiva, los sectores de la comunicación y el diseño son unos de los más sensibles a los cambios que se están produ-ciendo en un espacio tan dinámico como Internet: