198 | 31, pp. 187-205 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2020

Recursos literarios empleados por Leila Guerriero en sus perfiles periodísticos

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

El texto tiene focalización interna –el narrador dice lo que sabe Cabral–; intercalado con breves pasajes de focalización externa –el narrador sabe solo lo que observa–, como es el caso de los diálogos de Cabral con la gente que se encuentra por la calle, en los que el narrador es un mero observador, actúa como una cámara que recoge lo que tiene delante:

En la oficina de pagos de la empresa de celulares, Facundo Cabral espera en la fila frente a una de las ventanillas.

Adelante –dice una mujer, y Cabral avanza.

Hola. ¿Cómo es tu nombre, mi amor?

Ivana.

Ivana, eres la luz de mi ventana, para la vida sin Ivana no es nada. ¿Cuánto

es, Ivana? [...]

Ivana sonríe, chequea algo en su computadora y pregunta:

¿Usted es Cabral, Rodolfo Enrique? (Guerriero, 2019: 201-202).

En el perfil-libro Opus Gelber (2019) se da una curiosa gradación en la aparición del narrador. El relato está narrado en primera persona, pero es una primera persona que a veces parece tercera persona atenuada. Al principio del libro, la primera persona aparece poco, pero va incrementándose su presencia a medida que transcurre el relato, y a medida que el narrador-periodista se va implicando más en la relación con su personaje-entrevistado. La relación de ambos es una especie de relación amorosa y en ella el narrador se convierte también en protagonista: aparece el personaje de Leila Guerriero. Y el personaje se deja seducir por Bruno Gelber. Ese proceso de seducción necesita ser narrado en primera persona. El personaje que es Leila Guerriero observa primero todo desde fuera –focalización externa–, el hogar de Bruno Gelber, al propio Bruno Gelber, a sus amigos. Y después de meses de encuentros y entrevistas, el personaje Leila Guerriero se convierte en parte de la vida de Bruno Gelber, en parte de la historia que está narrando.

Según lo estudiado, se podría decir que los perfiles de Leila están escritos en su mayoría en una tercera persona atenuada (ha estado presente en la realidad, pero aparece solo ocasionalmente en el texto, el relato se construye a partir de la ob-servación directa) que, en ocasiones, cuando se trata de personajes fallecidos, se convierte en una tercera persona recons-truida, y en otras, como en el perfil de Bruno Gelber, pasa a una primera persona consonante e incluso disonante, es decir que narra sus propias experiencias y vivencias, aunque siempre de una forma sutil. Aplicando la terminología de Genette, pasa de un narrador heterodiégetico, ausente de la historia que cuenta; a homodiegético, presente como personaje de la historia, pero siempre desempeñando un papel secundario de observador o de testigo.

En cuanto a la perspectiva o modo, como ya hemos señalado, se puede hablar de focalización interna –narrador dice lo que sabe tal personaje– con largos pasajes de focalización externa –narrador sabe solo lo que observa– y en raras oca-siones no focalización –el narrador sabe más que el personaje– o incluso, retorciendo este último concepto, de falsa no focalización: Guerriero simula que sabe más que el personaje, pero no es cierto.

Esa complejidad en el modo y en la voz y la subversión de los cánones tradicionales del periodismo es lo que convierte la obra de Guerriero en una obra de calidad literaria. Pero sigamos analizándola y adentrémonos ahora en sus recursos literarios.