doxa.comunicación | 31, pp. 207-238 | 223

julio-diciembre de 2020

Ana Isabel Cea Navas y Sergio García Rubio

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

3.2.2. Iluminación

La iluminación en El hombre que nunca estuvo allí tiene una doble funcionalidad: expresiva y dramática. Esta película al modificarse a blanco y negro, hace que su iluminación difiera del resto de cintas seleccionadas para este estudio, princi-palmente por la manera de hacer este cine. Los trabajos carentes de color se caracterizan por estar rodados en su mayoría en decorados que se iluminan por partes con el objetivo de realzar objetos o personajes e intentar controlar mejor la luz sobre la escena (Tolan, 1941).

Las imágenes que conforman el film se caracterizan por tener poco grano. Dicha técnica dota de mayor calidad a la obra y permite obtener una textura única. Mediante el uso de un diafragma abierto se consigue una menor profundidad de campo y, consecuentemente, los fondos aparecen desenfocados. Eso se manifiesta de una forma mucho más evidente cuando la luz recae sobre los personajes para ensalzarlos (figura 9). Este aspecto se hace más notorio en aquellas escenas en las que la iluminación hace un efecto de contraluz (recurrente a lo largo del film), sitúa a los sujetos delante de la fuente luminosa y la cámara en posición lateral o detrás de ellos, empleando un sistema de luz directa, dura, intensa, logrando un efecto que añade dramatismo en la acción. Por ejemplo, el uso del contraluz con este objetivo lo podemos ver cuando el protagonista, Ed Crane (Billy Bob Thornton), está debatiendo si negociará con un extraño al que acaba de conocer, para ello tendrá que aportar una inversión 10.000€ que intentará conseguir chantajeando al amante de su esposa (figura 10).

Este tipo de iluminación de contra volverá a repetirse más adelante, cuando Big Dave (James Gandolfini), el amante de la mujer de Ed le cuenta al mismo Ed que ha recibido una carta de soborno (figura 11). Y se usará de nuevo en el momento en el que el protagonista acude al despacho del amante (figura 12). Esta escena se caracteriza, además, por su escasa lumino-sidad. La intencionalidad de dejar esta imagen tan oscura incrementa el drama (técnica en coherencia con la narración: la tensión dramática es extrema, finaliza con un asesinato).

Fuente: Fot. El hombre que nunca estuvo allí

Fuente: Fot. El hombre que nunca estuvo allí

Figura 9. Luz directa

Figura 10. Contraluz