doxa.comunicación | 27, pp. 99-120 | 103

julio-diciembre de 2018

Juan Carlos Córdoba Laguna

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

La espectacularidad en imágenes y el relato del conflicto colombiano los hace llamativos para los medios internacionales; la historia de Pablo Escobar sirvió de materia prima para series de televisión y películas6 que ayudaron a edificar un mito alrededor de él. El periodo del narcotráfico es posiblemente el capítulo de la violencia en Colombia con mayor cobertura por parte de los medios de comunicación internacionales, ya que el terrorismo de los cárteles produjo imágenes e infor-maciones espectaculares que lo puso en el centro de atención mundial.

1.3. Lo espectacular, elemento imprescindible para el éxito de los mensajes: Siglo XXI

El periodo del narcotráfico desplazó la atención dedicada a la guerrilla, cuyas organizaciones estaban en crisis debido al colapso del socialismo a partir de 1985; pero las nuevas alianzas con el narcotráfico le habían permitido subsistir al encon-trar otras formas de financiamiento, a las que se sumaron los secuestros selectivos de miembros de familias adineradas o de figuras visibles en las regiones, principalmente ganaderos, hacendados y políticos7. En respuesta, estos actores apo-yaron la formación de ejércitos paramilitares cuya finalidad era aniquilar o expulsar a la guerrilla, como, por ejemplo, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)8. Sus actos se materializaron en cifras como la realización de una masacre cada dos días entre 1999 y 2000 o el de apoderase de 6.000.000 de hectáreas de tierra, según ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados), además, según esta misma fuente, de generar un desplazamiento masivo de alrededor de un millón de personas en 15 años.

Al igual que el narcotráfico, el paramilitarismo se instaló en el interior de una parte de la sociedad colombiana que lo vio como salvador; también fue determinante el apoyo que algunos medios de comunicación le dieron a este, lo que influyó en la reacción de la población, que asumió que el problema no era tan grave; a la infiltración del paramilitarismo en la po-lítica se le denomina “parapolítica”, y de pertenecer a esta se han acusado al presidente de la época, Álvaro Uribe Vélez, y a algunos políticos, varios de ellos en prisión o respondiendo a procesos legales, pero sin una verdadera sanción. Algunas de estas denuncias han sido realizadas por reconocidos medios de comunicación mundiales:

“Los cables divulgados este viernes por el periódico The New York Times, ponen en una posición comprometedora al expresidente Uribe, a escasas horas de las elecciones presidenciales de este domingo. Los hechos a los que se hacen mención en los cables habrían tenido lugar entre 1992 y 1995, cuando Uribe Vélez aun pertenecía al Partido Liberal. El expresidente ha reiterado varias veces que él nunca ha tenido que ver con asuntos de narcotráfico.” (El Espectador, Mayo 25 de 2018, Sección Judicial).

El fin del gobierno Uribe marcó el comienzo de un declive en el combate a la guerrilla que no desapareció en su mandato y que, aunque debilitada por problemas económicos y por la pérdida de sus líderes9, inició en 2013 un proceso de diálogo que polarizó el país entre izquierda y derecha, los cuales, frente a cualquier tema, tomaron posiciones opuestas, como en

6 En 2015, son lanzadas dos series inspiradas en Pablo Escobar: Escobar “Paradise Lost” y Narcos, de Netflix.

7 El secuestro más famoso cometido por las FARC fue el de la candidata a la presidencia, de ciudadanía franco-colombiana, Íngrid Betancourt, el cual duró seis años [2002-2008] y cuya liberación se consiguió con una operación militar de engaño a la guerrilla bautizada como “Operación Jaque”.

8 Junto con las masacres y el desplazamiento, los paramilitares asesinaron, en 1999, a Jaime Garzón, uno de los periodistas y humorista más reconocido del país.

9 Raúl Reyes fue asesinado en 2008, en una operación militar del Ejército colombiano en Ecuador. En 2009, las FARC anunciaron que su creador, Manuel Marulanda “Tirofijo”, el guerrillero más antiguo del mundo había muerto.