118 | 27, pp. 99-120 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2018

El proceso de espectacularización de la violencia en Colombia. Una herramienta en la construcción del miedo

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

bajos niveles educativos de la población, las estrategias de manipulación incluyen técnicas del espectáculo utilizadas por los emisores, la existencia justificada en la realidad de una cultura del miedo y la avalancha de datos que más que informar, desorientan, entre otros.

Los dispositivos tecnológicos facilitan el acceso a la información y su serialización, lo que permite que los individuos se apropien de características que esta posee o que le han sido adjudicadas, incluidos los juicios de valor que, al ser incorpo-rados al bagaje cultural, podrán ser utilizados como referente cuando estos juzguen la realidad o, incluso, cuando tomen decisiones políticas; eso ocurre, inclusive, cuando los juicios se alejan de la realidad o no están cimentados en argumentos de peso debido a que el individuo puede desarticularla o invisibilizarla.

A pesar de que la información del conflicto es parte del cotidiano de los colombianos y muchos de los hechos suceden cerca de sus hogares, una gran parte de la población consigue abstraerse de lo que ocurre, debido al agendamiento que del conflicto hacen los medios de comunicación, que determinan el grado de atención y la importancia que las audiencia deben dar a los hechos, lo que trae como consecuencia que partes se identifican con posiciones que los medios presentan, se crea un esquema donde el conflicto alimenta los mensajes de los medios de comunicación que, a su vez, alimentan las elaboraciones sociales y el bagaje cultural de los individuos.

El tratamiento espectacular que los medios de comunicación colombianos han hecho del conflicto es producto de un mo-mento específico, en el cual el éxito económico de los mensajes relacionados con este se comercializan con facilidad en el mercado mediático internacional, ávido de historias que consigan asombrar a unas audiencias que, aunque a diario reci-ben historias inéditas, aun así exigen relatos novedosos, los cuales suministra Colombia de manera constante desde la dé-cada de los noventa; los mensajes que tienen un tiempo de vida corto y son sustituidos rápidamente por otros, igualmente espectaculares, le dan al hecho una dimensión ahistórica, pero que satisface momentáneamente a un receptor atraído por lo llamativo de estos relatos, con una baja criticidad hacia ellos y con la imposibilidad de edificar memoria.

La espectacularización de los hechos del conflicto colombiano por parte de los medios de comunicación ha guiado los focos de atención de las audiencias direccionándolos hacia lo emotivo, con el uso de herramientas como la reiteración, la saturación, además de la calidad técnica en su realización, las cuales pueden alterar la visión final sobre lo sucedido y su gravedad, trayendo como consecuencia que los sujetos transporten estas versiones a su cotidiano, haciendo que vean su realidad como algo coherente y disminuyendo su capacidad de respuesta.

Uno de los elementos que ha permitido la espectacularización del conflicto colombiano es la iconicidad10 de las imáge-nes que este produce, lo que facilita su uso por los medios y la fijación en los individuos, inclusive en entornos cultura-les diferentes. Estas narraciones ofrecidas a nivel global como espectaculares muestran la manera como los colombianos apropian su realidad e historia reciente. Lo espectacular de la imagen le puede garantizar un lugar en los imaginarios individuales y colectivos, lo cual no depende solo de los individuos, sino también de la intencionalidad de los medios de comunicación que pueden prever cuáles de estas tendrán mayor éxito o crear avalanchas de datos heterogéneos sobre una situación para que, al final, pueda ser banalizada.

10 Imágenes como las de Ingrid Betancourt en cautiverio, las de Pablo Escobar, de guerrilleros de fusil y en camuflado tienen características icónicas.