116 | 27, pp. 99-120 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2018

El proceso de espectacularización de la violencia en Colombia. Una herramienta en la construcción del miedo

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

4.2.3. Televisión

Caso Pablo Escobar. El desarrollo de la imagen para mostrar historias reales, unos noticieros de televisión en transi-ción en su estructura de poder, que pasaban de estar en manos de familias políticas, durante los ochenta, a grupos de periodistas en los 90, determinaría el manejo de los contenidos de este periodo dominado por la inmediatez, la avalancha de datos, la fugacidad, el esfuerzo por tener una credibilidad entre las audiencias, en parte explicada por el momento comunicativo de supremacía del canal (en el 2000 eso cambió), donde lo real superaba a la ficción en coincidencia con el inicio de la dictadura del rating en el que, al conquistarlo, se aseguraba la pauta publicitaria y, por ende, la subsistencia de los informativoss.

En este escenario, lo espectacular se convirtió en un elemento básico que garantizaba el éxito para atraer la atención de las audiencias que consumirían la información sobre los hechos del día a día, independiente de su importancia; en el caso de Escobar, especialmente entre los años 1990 y 1991; lo cinematográfico, lo anecdótico, una fuerte presencia de la cultura po-pular, la importancia de los detalles, los hechos sin contextualización y con pocas fuentes, junto con la autocensura, fueron el común denominador de una fórmula de éxito económico en estos formatos que se mantendría en el futuro.

En este periodo y de forma progresiva, especialmente desde 1984 con el asesinato del ministro Rodrigo Lara, los medios de comunicación realizan un tránsito que va del asombro a la racionalización del material informativo que poseen y sobre la forma como lo pueden utilizar, donde a su vez son conscientes del poder que implica el elemento espectacular, inclusive en momentos donde la crudeza de los hechos demanda esfuerzos de rigor en el tratamiento de los información.

4.3. Siglo XXI

4.3.1. Prensa escrita

Masacres Paramilitares. Se recurrió al género periodístico de la crónica, en la cual, aunque se abordó un hecho real o no-ticioso, este fue contado con la ayuda de recursos literarios, lo que hizo parecer, en algunos momentos, que se estuviera tratando más de una historia de ficción que sucede en un lugar y en un tiempo diferente, y no de un hecho que acababa de darse en el país: estas masacres pueden generar morbo, por lo que se estableció en estas publicaciones un juego de mostrar y esconder; a diferencia de otros sucesos, las masacres son hechos espectaculares, pero, si las comparamos con lo sucedido en el Palacio de Justicia, en el caso Escobar o en la liberación de Ingrid Betancourt, hechos que tienen características seme-jantes, las masacres no fueron tan explotadas como espectáculos mediáticos.

“El crédito que se puede otorgar a una información depende, por una parte, de la posición social del informador, del papel que desempeña en la situación de intercambio, de su valor de representatividad en relación con el grupo del cual es portavoz, y, por otra parte, del grado de compromiso que manifieste frente a la información transmitida”. (Charaudeau, 1997: 62).

En los textos noticiosos se manejan estadísticas, hay una presencia de fuentes, principalmente oficiales, fotografías, cua-dros y mapas, y se mantiene un esquema narrativo cinematográfico donde hay espacio para lo anecdótico y lo emotivo.