doxa.comunicación | 27, pp. 99-120 | 115

julio-diciembre de 2018

Juan Carlos Córdoba Laguna

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

- Asesinato de Jaime Garzón el 13 de agosto de 1999. Un componente especial de este hecho fue el de que Garzón traba-jara, en ese momento, para la emisora Radio Net, al lado del reconocido periodista Yamid Amat, lo que creó mayor mo-vilización, mayor respeto y un gran sentimiento de indignación por la víctima; diez años después de la cobertura radial del asesinato de Galán, la desorientación y el asombro mostrados en dicho momento son sustituidos por el interés de apuntar de forma directa hacia él o los responsables y la incertidumbre por un país que tocaba fondo.

4.2.2. Prensa escrita

Toma de rehenes de la embajada de República Dominicana el 27 de febrero 1980. El periódico El Tiempo construyó un discurso de un nosotros (el país, la institucionalidad, los colombianos que apoyaban al estado) y un ellos, la guerrilla; el presidente implementó unas medidas de control a través de un “Estatuto de Seguridad”, el cual fue mostrado por el periódico de una forma positiva.

Los hechos de la Embajada tuvieron varios elementos de espectacularidad, tales como la operación de la toma con ca-racterísticas de acción cinematográfica, la cual atrajo a más de 200 periodistas locales y extranjeros que improvisaron un campamento, “Villa Chiva”, debido a que los hechos sucedieron frente a las cámaras durante los 61 días, en donde se vieron: mujeres guerrilleras, negociaciones de la partes en una camioneta, los rumores de un operativo militar para recuperar la em-bajada, un embajador huyendo de su cautiverio, y, finalmente, la salida de los guerrilleros y de los rehenes hacia La Habana.

Cuadro 5. Primera página del periódico El Tiempo 25 de febrero de 1980

Foto: Cardona, Archivo El Tiempo.

Toma del Palacio de Justicia durante los días 6 y 7 de noviembre de 1985. Fue más extensa la cobertura del periódico El Tiempo si lo comparamos con El Espectador, pues el primero publicó una edición extra el 7 de noviembre; aunque las tomas de la Embajada y del Palacio de Justicia sucedieron frente a las cámaras, esta última recurrió rápidamente a explotar los elementos espectaculares y anécdotas del hecho; además, existió una riqueza de imágenes y de infor-maciones no confirmadas, tales como personas que salieron del edificio y desaparecieron, el papel del presidente del momento, de los militares, de la guerrilla y del narcotráfico. En este hecho, primó lo espectacular en imágenes y relatos sobre los análisis, explicaciones y contextos.

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