90 | 27, pp. 81-97 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2018

Medios sociales y la participación política y cívica de los jóvenes. Una revisión del debate en torno...

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

cia a informarse, aunque también es decisiva la gratuidad o no de las fuentes de consulta. Con respecto al origen, en el estudio aportado por D’Haenens et al. (2007) sobre jóvenes residentes en Flandes y Países Bajos, no se detectan diferencias entre la afección cívica declarada por los nativos y por los pertenecientes a minorías; aunque se observa que estos últi-mos, especialmente marroquíes y turcos, orientan su búsqueda a informaciones sobre religión, arte y cultura, mientas que los holandeses y belgas se decantan más por el entretenimiento.

Resulta ya indiscutible que, en términos generales de consumo, la absorción del entorno digital es más profunda entre jóvenes que en adultos, pero se pone en tela de juicio que sea la única causa para que los de menor edad releguen a los medios tradicionales. Al respecto, los jóvenes perciben que estas vías de comunicación tienden a estereotiparlos, tanto en la información como en el entretenimiento (Rodríguez San Julián y Megías, 2014), los contenidos no les interesan por estar muy alejados de sus necesidades y demandas (Yuste, 2015), no les inspira confianza ni los consideran imparciales (Eche-verría, 2013) y detectan una estrecha afinidad entre los intereses de la prensa y los de grupos dominantes, tanto políticos como económicos (Muñoz Tamayo et al., 2014).

Al examinar los contenidos y tratamiento informativo de los diferentes medios de comunicación de masas, Alcoceba y Mathieu (2007) concluyen que, efectivamente, se muestra a los jóvenes como los sujetos culpables de acontecimientos negativos y hechos conflictivos, en consecuencia se fortalece el desequilibrio entre la presumible inestabilidad del mun-do juvenil y la asumida estabilidad del mundo adulto. La adopción a las nuevas tecnologías de medios tradicionales no genera tampoco un aliciente para que los jóvenes recurran a estas vías de consulta; en este sentido, Vázquez Herrero y López García (2017) hallan que las aplicaciones móviles de tres periódicos reconocidos internacionalmente (el británico The Guardian, el estadounidense The New York Times y El País de España) no siempre favorecen que el lector profundice y experimente, con frecuencia se les mantiene en el papel de consumidor pasivo sin potenciar su auto-exploración ni pro-ducción de contenidos.

Estos rasgos que caracterizan a los medios tradicionales sugiere que la necesidad de informarse que tienen los jóvenes, en su calidad de ciudadanos, les provoque su inclinación por las redes sociales ya que, como afirma Yuste (2015) constituye su entorno natural debido a la capacidad que les ofrece para interactuar y a la ingente cantidad de información que pueden recibir desde esta vía sin limitaciones espaciales ni temporales. Aunque García García et al. (2014) observan que aún es bajo el nivel de confianza que jóvenes universitarios muestran por la información online, su percepción para seleccionar ade-cuadamente contenidos es alto; este auto-reconocimiento les lleva a considerar fiables los contenidos que intercambian con su entorno y la perciben como muy útil porque incentivan su creatividad y la utilizan como herramienta para resolver problemas.

Esta búsqueda de información en Internet se asocia positivamente al compromiso político y a la acción cívica (Pasek et al., 2006); incluso el acceso a las redes sociales con fines de carácter privado puede fomentar actitudes cívicas públicas y contribuir al compromiso político (Yu, 2016).