156 | 29, pp. 139-159 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2019

Representación del periodista en el cine español desde 1990 hasta 2010

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

gundo el que recibe un disparo en la cabeza ante la mirada del resto de compañeros, con lo que comienza a extenderse el estado de pánico de este espacio televisivo con los 7 concursantes secuestrados por sus presuntos delitos. Aunque Jaime es el que adquiere más protagonismo en la película y se convierte en un villano claro, hay otros comunicadores malvados en esta trama: el director general de la cadena, Ricardo (Alberto González), la directora del programa, Alicia (Rocío Mu-ñoz), y el presentador (Domingo Cruz) que, con sangre fría y solo movidos por crear espectáculo, se encargan de conducir un siniestro concurso. En el cuarto día y tras la supuesta primera muerte hay 4,3 millones de abonados y Ricardo analiza las cifras:

Ricardo: Venga, ponme al día.

Analista: A los 3 minutos de la ejecución, el 59% de los usuarios registrados había abonado la cuota. En las dos horas siguientes se sumaron 90.000 nuevos abonos.

Ricardo: ¿Qué tal el impacto?

Analista: Ya hace unos días que hemos saltado de los foros de internet a la opinión pública en masa. Estamos presentes en todos los medios convencionales y no hay tertulia que no hable de nosotros. Nos despellejan, pero todos nos siguen. (TC: 00:47:47)

La tensión y la dureza de las imágenes continúan en esta muestra de sufrimiento humano muy rentable para conseguir audiencia y convertir a los responsables de la cadena y al joven periodista en unos malvados creadores de espectáculo morboso que termina en drama. Aunque las muertes en directo eran falsas y se supone que nadie iba a morir, al final de la historia una de las concursantes que sufría un trastorno mental acaba con la vida de Jaime y después se suicida.

4. Discusión

El análisis de las 20 películas españolas con nuestro original enfoque estructuralista, inspirado en Morfología del cuento (1928) de Vladimir Propp, demuestra el rico potencial para el campo audiovisual de las teorías de análisis de texto del autor ruso, casi un siglo después de la presentación de su libro. Aporta también rigurosidad a la muestra la acotación a películas solamente ‘no realistas’: aquellas que, por exceso de sátira o ficción, resultan inverosímiles y, por tanto, no se hallan en la vida real.

Con los resultados se observa que la H1 se verifica. Las películas españolas no realistas de los años 90 y los 10 primeros años del siglo XXI con presencia de medios de comunicación y periodistas incluyen villanos con falta de ética periodís-tica, personajes en situaciones no reales que despiertan en el espectador más la risa o la ternura que el enfado. La H2 se verifica también. El morbo y la mentira en programas de televisión marcan la labor de los periodistas villanos en las pelí-culas españoles no realistas de los años 90 y la primera década del nuevo siglo.

Además de verificar las dos hipótesis, los resultados ponen de manifiesto novedosas aportaciones sobre la presencia de la televisión frente a la radio y la prensa escrita, el dominio del género de la comedia y el perjuicio para la imagen de la mujer con más villanas en la pantalla.

Sintetizamos los datos y se observa que de los 12 títulos de la década de los 90, 9 pertenecen a profesionales del medio audiovisual. Tacones lejanos cuenta con la presentadora Rebeca que confiesa en directo que mató a su marido. Rosa Ro-