154 | 29, pp. 139-159 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2019

Representación del periodista en el cine español desde 1990 hasta 2010

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

aparición con una imagen que recuerda a Jesucristo. Con su hábito y pelo largo, atraviesa entre la multitud, con los brazos estirados de la gente en un intento fallido de tocar a este nuevo Mesías que no es más que un invento mediático. En lo alto de una escalera y frente a él se encuentra el presentador exaltado que grita: “Escúchenlo, mírenlo, siéntanlo. Imprégnense de su iluminada presencia”. Las exclamaciones de asombro entre el público son una constante hasta llegar al punto cumbre cuando Salva es disparado en directo. Si Jesús murió en la cruz, en esta película que sirve para satirizar los programas de videntes y telepredicadores, Salva muere en un plató de televisión.

En Teresa, Teresa, la presentadora de éxito que se encarga del programa ‘Laberintos’ (Assumpta Serna) es utilizada en esta película para recuperar el pensamiento de Santa Teresa. La sensual diva de la tele sirve para dar la réplica a la escritora, que en esta ficción vuelve del pasado para mantener esta entrevista y también comunicarse con los espectadores que escriben correos o llaman en directo. Al final de la película se observa a Santa Teresa ya sin su hábito, con pantalón y ca-miseta, con lo que queda claro que es todo un espectáculo televisivo.

A pesar del fuerte desequilibrio emocional causado por la muerte de su hijo de tres años ahogado en su piscina, aguanta estoicamente y es una estrella de la pantalla, culta y sofisticada.

Querido público, no se alarmen, este programa no se convertirá en una catequesis. Las reglas de nuestro pro-grama lo impiden. Porque sea usted creyente o neopagano, este programa no se identifica con las declaraciones de nuestros invitados. La noche nos depara laberintos... (TC: 00:11:50).

Siguen los detalles de la vida y obra de la Santa, también todo lo que sufrió su cuerpo “troceado” y repartido por todo el mundo. Finaliza con las peticiones de los internautas. Piden que levite, que recite “muero porque no muero” y que se coma una sardina. Realiza lo último y termina la teatral y surrealista película en la que el divismo de la presentadora hace que la historia se incline hacia el lado de los villanos.

La radio se convierte en el canal de una mentira en Franky Banderas. Será testigo de todo ello en directo con una presen-tadora que no desaprovecha la disparata historia para dar contenido sentimentaloide a su programa:

Presentadora: Señoras, señores... Una vez más la vida supera a la ficción. ¿Y de cuántos meses estaba embaraza-da? ¿El padre del niño quién es?

Madre: Torero. Yo era una pobre chica de pueblo y no sabía nada de la vida. Entonces me eligieron reina del fresón. Total, que tuve que presidir la corrida. Uno de los toreros me brindó el toro y ahí, ahí surgió el flechazo. Pero desgraciadamente el toro lo mató antes de casarnos y tener el hijo (lloros fingidos).

Presentadora: ¿Y cómo se llamaba aquel torero?

Madre: Manzanillo.

Presentadora: Llore, llore... (TC: 00:49:20)

La información en radio es el primer paso para que después la historia ocupe las portadas de revistas y, por último, tam-bién la televisión se interese de forma no menos morbosa en el asunto. En el programa televisivo, la agresiva presenta-dora (Paula Soldevila) comienza su intervención con una pregunta directa. “Tú no ejerces la prostitución, ¿verdad? Digo profesionalmente”.