doxa.comunicación | 29, pp. 139-159 | 153

julio-diciembre de 2019

Cristina San José de la Rosa, Mercedes Miguel Borrás y Alicia Gil Torres

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

En Año Mariano, el programa de María (Sílvia Bel) responde al lema “A solas con María, porque la vida no es solo lo que vemos y lo que tocamos”. Sin motivación en el trabajo, no deja que su apatía transcienda a los jefes y se muestra como una trabajadora responsable. En una disparatada historia, Mariano Romero escucha en la voz de la periodista a la Virgen y la confusión les llevará a contar con una multitud de seguidores cristianos y 7 millones de audiencia. Una villana de las ondas arropada por su jefa y sus ofertas:

Es un buen programa para una profesional con ambición como tú. Tenemos grandes ideas y no dudo que estará a la altura (…) Tenemos una noticia sobre un hombre al que se le ha aparecido la Virgen y que llora sangre, noticia sobre la que se ha interesado El Vaticano. Sabía que te gustaría, María. Carne cruda. (TC: 00:40:35)

En Hable con ella, el periodista argentino que mantiene una relación con la torera Lydia ocupa mayor protagonismo, aun-que también hay un caso de presentadora morbosa (Loles León) para entrevistar a la matadora de toros en directo y montar espectáculo.

Periodista y torera en el plató se enzarzan en una discusión. La entrevistada recrimina que no se ha cumplido el compro-miso pactado a la hora de cerrar su aparición televisiva, en la que se supone que solo se iba a tratar el hecho de que iba a encerrarse en una plaza con seis toros:

Lydia: Le advertí en el camerino que no le iba a hablar de este tema.

Periodista: Pero hablar es bueno, mujer. Y hablar de los problemas es el primer paso para superarlo (mientras acaricia el brazo de la entrevistada)… porque al Niño de Valencia…

Lydia: Y dale…

Periodista: Lydia, tesoro, no seas ordinaria… déjame terminar la pregunta…

Lydia: Le advertí en el camerino que no quería hablar de este tema.

Periodista: en el camerino no me advertiste nada. Y no me gusta que digas esas cosas porque la gente puede pensar que nosotros pactamos las entrevistas. Y yo no pacto nada. Yo solo hago vivo. Soy de las pocas que se atreven con el vivo (mientras coge con fuerza el brazo de Lydia y la obliga a que se siente de nuevo tras un intento de levantarse para irse), lo mismo que deberías atreverte a reconocer que te han chuleado, porque el Niño de Valencia te ha esta-do chuleando. Un hombre que ha compartido contigo no solo la fama y el albero, sino también la cama. Te ha dejado tirada cuando a él le ha venido bien. (TC: 00:07:40)

Un clásico de Almodóvar: las presentadoras sin escrúpulos capaces de provocar las situaciones más tensas en antena, como es el caso de la conductora de este programa de televisión en el que participa Lydia.

En No somos nadie, el presentador (Daniel Giménez Cacho), estresado por la bajada de la audiencia, descubre en Salva la posibilidad de levantar el programa y no duda en llevar a cabo todo tipo de artimañas para conseguir una notoriedad sin precedentes, para convertir a este joven de la calle en un ídolo de masas: el nuevo Mesías. “Un hombre que ha iluminado nuestros corazones y ha disipado nuestras tinieblas”, indica emocionado el responsable del programa entre los aplausos del público en las solemnes retransmisiones.

Juzgado por un homicidio, se convierte en concursante de ‘Mano dura’ y consigue salvarse, con lo que empieza su camino al éxito. En un enorme plató de televisión con gradas laterales y también público concentrado en la zona central, a oscu-ras y solo iluminado por las velas de cientos de las personas que reciben su entrada en el lugar, Salva realiza una estelar