Abstract
En los inicios del siglo XX el ambiente social, político y económico de una España marcada por la crisis del 98, propició un deseo de regeneración tanto en las esferas de gobierno como entre los españoles. Las esperanzas se depositaron en Alfonso XIII -único hijo varón- y heredero póstumo del malogrado Alfonso XII y de la reina María Cristina de Habsburgo. El 17 de mayo de 1902, al cumplir la mayoría de edad don Alfonso inicia su “reinado personal” jurando la Constitución de 1876. Asimismo, el joven soberano participó en otra dirección menos conocida y objeto de este estudio. Esta consistía en colaborar con algunos mecenas nacionales y extranjeros al igual habían hecho sus predecesores en la corona tanto Austria como Borbones por la modernización de la capital: la ciudad de Madrid.