Abstract
la evolución literaria de Galdós resulta una constante invocación a nuestros clásicos. El escritor reivindica la mejor adecuación de lo nacional y la superioridad de nuestros maestros para retratar lo propio. En tiempos de desprecio por lo nacional y sobrevaloración de lo extranjero propone aprender de nuestra tradición, pero su amor a lo español también reniega del chauvinismo. Tan provinciano es el excesivo amor al terruño como su completo desapego. Podríamos añadir que casi siente como suyos a Shakespeare, Balzac o Dickens, y no sólo es ávido lector de los grandes clásicos europeos, sino que en tiempos en los que no era tan frecuente, Galdós hace largas estancias en el extranjero. esta evolución y constante modernización galdosiana es un tenaz reconocimiento de lo que ya éramos antaño que presenta una doble paradoja: su conservadurismo renovador y su nacionalismo universalizador, es decir, un modo de hacer novela que propugna la vuelta a las riquezas de lo consagrado por el tiempo para granjearnos nuevas fortunas artísticas.