Abstract
El traslado del centro de la cultura arquitectónica de Europa a América en el seno de una general translatio imperii modificará por completo la orientación social del Movimiento Moderno y lo transformará en un estilo políticamente desactivado que preferiremos llamar 'modernismo' fordista. Las capas de esta transformación son diversas y convergentes: el intento de integración y la posterior huida de los regímenes totalitarios por parte de los grandes ideólogos del moderno, su selección y asimilación a la cultura de la iniciativa privada americana, y finalmente el triunfo incuestionable de la ideología del consumo y su alineación con el nuevo y estetizado estilo, completarán gradualmente este cambio diametral en la historia de la arquitectura del siglo XX. La segunda parte del siglo no se entiende si no es a través del filtro de esta velada, pero radical transformación.