Abstract
Uno de los debates más polémicos en torno al Estado franquista reside en su carácter totalitario o autoritario. La represión política de la prensa en sus inicios se revela como una pieza política clave para comprender la naturaleza del Régimen. Este trabajo analiza un episodio inédito de la censura que afectó a Arriba, el periódico oficial del «partido único». Su director fue depuesto brevemente y se instruyó una causa reservada contra su persona en la que fueron llamados a declarar los directores de los restantes diarios. El caso se resolvió con la efímera victoria del ministro de Asuntos Exteriores, que recuperó competencias sobre la prensa.