2. Universidad Cardenal Herrera-CEU
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- El cielo en la tierra: el convento de Corpus Christi de Vila-real
2024 En el proceso de renovación temática y metodológica experimentado por la historia, los estudios sobre las mujeres han cobrado especial protagonismo, destacando las investigaciones sobre religiosidad y espiritualidad. Tanto es así que, en algunos casos, el pasado de las monjas –sobre todo las del tiempo de la Contrarreforma– es conocido casi mejor que el de los frailes. No ocurre lo mismo, sin embargo, con las hijas de santo Domingo, sobre todo en los territorios de la antigua provincia de Aragón y de manera especial en el ámbito valenciano. Su memoria escrita quedó desperdigada –cuando no arrasada– a causa de los desastres bélicos y las convulsiones políticas contemporáneas, que condenaron al olvido a los grandes cenobios monjiles aquí establecidos por la Orden de Predicadores. El presente libro se ocupa de una de tales fundaciones, que, bajo la advocación de ‘Corpus Christi’ levantaría en Vila-real, a finales de los años treinta del seiscientos, sor Inés del Espíritu Santo –en el siglo Sisternes de Oblites–, la dominica valenciana más ilustre de todos los tiempos.
- El embajador de María: don Luis Crespí de Borja
2018 El obispo don Luis Crespí de Borja (Valencia, 1607 – †Novés, 1663) fue protagonista de una fulgurante carrera eclesiástica mezcla de intereses familiares con el servicio al altar y la fidelidad al trono. En su diócesis natal ejercería de catedrático, arcediano, examinador sinodal o calificador de la Inquisición, además de promotor y fundador de la primera congregación española del Oratorio de San Felipe Neri. Como ordinario de varias sedes episcopales desarrolló su ministerio pastoral en Orihuela y Plasencia. Predicaría con asiduidad en la corte. Y llegó a la misma Roma, para gestionar primero la querella entre pavordes y canónigos de la catedral de Valencia antes de desempeñar con éxito la embajada extraordinaria confiada por Felipe IV a la mayor gloria de la Virgen Inmaculada. Desde tan privilegiada atalaya participaría en casi todas las controversias teológicas y morales libradas entonces en el orbe católico. Lo hizo por supuesto en la polémica concepcionista y a la cabeza de quienes defendían la Purísima. Combatiría igualmente el laxismo. Muy activo se mostró también en el debate entorno a la licitud de las comedias. A unas y otras cuestiones dedicaría su obra escrita, que rubricó en nombre propio o bajo diferentes seudónimos. Muerto con fama de santo jamás llegaría a los altares. Pero pasó a la posteridad como el “Capitán triunfador en los exércitos reales de la Emperatriz de Cielo y Tierra concebida sin la original culpa”.