1. Investigación
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- El cielo en la tierra: el convento de Corpus Christi de Vila-real
2024 En el proceso de renovación temática y metodológica experimentado por la historia, los estudios sobre las mujeres han cobrado especial protagonismo, destacando las investigaciones sobre religiosidad y espiritualidad. Tanto es así que, en algunos casos, el pasado de las monjas –sobre todo las del tiempo de la Contrarreforma– es conocido casi mejor que el de los frailes. No ocurre lo mismo, sin embargo, con las hijas de santo Domingo, sobre todo en los territorios de la antigua provincia de Aragón y de manera especial en el ámbito valenciano. Su memoria escrita quedó desperdigada –cuando no arrasada– a causa de los desastres bélicos y las convulsiones políticas contemporáneas, que condenaron al olvido a los grandes cenobios monjiles aquí establecidos por la Orden de Predicadores. El presente libro se ocupa de una de tales fundaciones, que, bajo la advocación de ‘Corpus Christi’ levantaría en Vila-real, a finales de los años treinta del seiscientos, sor Inés del Espíritu Santo –en el siglo Sisternes de Oblites–, la dominica valenciana más ilustre de todos los tiempos.
- La Capilla del Palacio Real de Valencia: entre Austrias y Borbones
2024 Las Capillas Reales desempeñaron un papel relevante en Europa a lo largo de los siglos xvi, xvii y xviii. De manera especial en España, muy condicionadas por la configuración político-administrativa de la propia Monarquía a partir de un conglomerado de reinos, cada uno con sus correspondientes Casas Reales y Capillas particulares en continuo proceso de adaptación a los usos y necesidades de sus titulares. Bastante conocida resulta la castellana, primera y más importante de todas las hispánicas bajo el reinado de Austrias y Borbones y por esta razón con abundante bibliografía al respecto. El caso descrito, sin embargo, contrasta con el de los territorios peninsulares de la Corona de Aragón, prácticamente ignorados por la historiografía actual. Véase sino la Capilla del Palacio Real de Valencia, cuyo ignoto devenir –desde sus orígenes posteriores a la conquista cristiana hasta la extinción sobrevenida con la guerra de Independencia– sale por fin a la luz, bien es cierto que para los tiempos modernos fundamentalmente, caracterizados –no de manera casual– por la progresiva decadencia de esta.
- El embajador de María: don Luis Crespí de Borja
2018 El obispo don Luis Crespí de Borja (Valencia, 1607 – †Novés, 1663) fue protagonista de una fulgurante carrera eclesiástica mezcla de intereses familiares con el servicio al altar y la fidelidad al trono. En su diócesis natal ejercería de catedrático, arcediano, examinador sinodal o calificador de la Inquisición, además de promotor y fundador de la primera congregación española del Oratorio de San Felipe Neri. Como ordinario de varias sedes episcopales desarrolló su ministerio pastoral en Orihuela y Plasencia. Predicaría con asiduidad en la corte. Y llegó a la misma Roma, para gestionar primero la querella entre pavordes y canónigos de la catedral de Valencia antes de desempeñar con éxito la embajada extraordinaria confiada por Felipe IV a la mayor gloria de la Virgen Inmaculada. Desde tan privilegiada atalaya participaría en casi todas las controversias teológicas y morales libradas entonces en el orbe católico. Lo hizo por supuesto en la polémica concepcionista y a la cabeza de quienes defendían la Purísima. Combatiría igualmente el laxismo. Muy activo se mostró también en el debate entorno a la licitud de las comedias. A unas y otras cuestiones dedicaría su obra escrita, que rubricó en nombre propio o bajo diferentes seudónimos. Muerto con fama de santo jamás llegaría a los altares. Pero pasó a la posteridad como el “Capitán triunfador en los exércitos reales de la Emperatriz de Cielo y Tierra concebida sin la original culpa”.
- Vergel de perfectísimas flores: el convento de "Corpus Christi" de Carcaixent
2020 En el proceso de renovación temática y metodológica experimentado por la historia, los estudios sobre las mujeres han cobrado especial protagonismo, destacando entre ellos las investigaciones sobre el mundo religioso, tanto que, en algunos casos, el pasado de las monjas –sobre todo en el tiempo barroco, de la Contrarreforma, en el que abundó aquella forma de vida– es conocido casi mejor que el de los frailes. No ocurre lo mismo, sin embargo, con las dominicas, fundamentalmente en los territorios de la antigua Provincia de Aragón, y de manera especial en Valencia. Su memoria escrita quedó desperdigada a causa de los desastres bélicos y las convulsiones políticas contemporáneas, que condenaron al olvido a los grandes cenobios monjiles aquí establecidos por la Orden de Predicadores. El presente libro se ocupa de una de tales fundaciones, que, bajo la advocación de “Corpus Christi”, levantaría en Carcaixent con el mediar de la decimoséptima centuria sor Inés del Espíritu Santo, en el siglo Sisternes de Oblites, la dominica valenciana más ilustre de todos los tiempos.
- El cabildo de la Catedral de Valencia en el Siglo XVII: crisis y conflicto
2019-10-15 Las iglesias catedrales de la Monarquía Hispánica constituyeron un campo de batalla a lo largo del siglo XVII. A ello contribuiría la recuperación de la autoridad episcopal, que iniciada con los albores de la Modernidad había culminado en Trento. Contra ella se rebeló el clero capitular, con suficiente autonomía todavía para oponerse al báculo episcopal en defensa de toda suerte de libertades y exenciones que se resistía a perder. También las rivalidades entre los diferentes colectivos eclesiásticos que integraban estos espacios sagrados harían lo suyo. E incluso las cuitas internas en el seno de cada uno de ellos. Andaba en juego la defensa de sus respectivos intereses particulares, así como un lugar privilegiado en la institución, cuando no la supremacía dentro de la misma y aún en la clerecía diocesana, de la que estos grupos constituían la élite. En pocos lugares se experimentarían de manera tan descarnada los fenómenos descritos como en Valencia, al calor de la trascendencia social y política adquirida por las parcialidades o bandos que aglutinaban a buena parte de la población y en los que el número y calidad de canónigos, dignidades y otros prebendados catedralicios implicados resultaron abrumadores.