1. Investigación

En un mundo globalizado en el que cada vez más la competitividad se plantea como la garantía del éxito para el crecimiento económico, la Unión Europea ha identificado un déficit empresarial respecto a EEUU, al que pretende dar solución a través de la educación desarrollando y fomentando el espíritu emprendedor y el sentido de la iniciativa en las escuelas para promover la cultura empresarial desde los sistemas educativos.

La creatividad es un capacidad cognitiva inherente al Ser Humano, que tiene escasa presencia en el diseño metodológico general de las escuelas españolas. Sin embargo, la promoción del proceso creativo y las capacidades que ello conlleva no se traduce en acciones concretas en el aula (Below, Runco y Wiliams, 2016).

Con el acceso universal a la tecnología, los sistemas educativos se han visto obligados a diseñar programas específicos para desarrollar las habilidades necesarias para un correcto uso dentro y fuera de las aulas. El alumnado vive inmerso en tecnología y el desarrollo pleno de una competencia digital completa toma protagonismo. El nuevo paradigma tecnológico contempla el concepto de identidad digital, vinculado a los usos comunicativos y sociales de los individuos, tanto en el ámbito personal como profesional. Tecnología y persona no son elementos antagónicos. Más allá del dominio de la tecnología y la información, se plantea la necesidad de aunar elementos fundamentales en la educación tales como la ética y la moral, imprescindibles en la nueva Sociedad de la Información para alcanzar la verdadera libertad, el desarrollo espiritual del individuo mediante itinerarios curriculares adecuados. La competencia digital se presenta como medio idóneo para alcanzar otras competencias esenciales de cara a su desarrollo como individuo único plenamente integrado en una sociedad.

Julián Marías es uno de los intérpretes autorizados de José Ortega y Gasset y si para este fue clave la reflexión sobre la Universidad como institución, también lo fue para el discípulo. Marías tuvo una gran preocupación por la educación superior y algunos de sus trabajos tienen como objetivo hacer un diagnóstico de la Universidad española, así como hacer propuestas audaces de mejora de la misma. Esta investigación tiene dos partes bien diferenciadas. Por un lado, se expone la experiencia que tuvo Marías de la Universidad en los años de la Segunda República española de la mano de Ortega, Zubiri, Gaos, Besteiro y otros tantos grandes profesores que poblaban la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. Por otra parte, se puede decir que Marías llevó a cabo su propia reflexión sobre la institución universitaria española, mostró sus preocupaciones y sus puntos susceptibles de mejora a partir de su propia experiencia como alumno y de sus estancias en universidades extranjeras. De todo ello se pueden obtener enseñanzas que quizá nos permitan reflexionar sobre el papel y la organización de la Universidad en el siglo XXI.