Lecciones magistrales y memorias

En esta época nuestra, marcada por el predominio de los medios audiovisuales y, sobre todo, por el imperialismo de fa televisión, corren malos Uempos para los medios escritos. El placer intelectual de la lectura reposada }' reflexiva del libro o del periódico, que durante tantos siglos fue actividad predilecta de las clases cultas, empieza a ser raro y excéntrico menester de unos sectores cada vez más reducidos a una especie de gueto cultural. Un gueto cultural contemplado por muchos casi con la curiosidad del entomólogo ante una especie singular. Una curiosidad, por otra parte, no exenta a menudo de desconfianza. Porque en la era del "pensamiento único" y de lo "políticamente correcto", en la que el que se sale de las pautas establecidas y aceptadas es reo de heterodoxia social, la lectura - que invita a la crítica y a la discrepancia - puede convertirse en una actividad sospechosa porque representa el umbral de la disidencia.