Las inversiones extranjeras están sometidas a los riesgos derivados del ejercicio de la
soberanía por el Estado receptor de la inversión, típicamente al riesgo de comportamientos oportunistas. En este artículo se toma como ejemplo la expropiación y se compara la
protección del inversor en dos escenarios distintos: un mundo sin tratados de protección
de inversiones y un mundo en el que existe un tratado de protección que obliga al Estado
receptor de la inversión. A tal efecto, se compara la situación de los nacionales españoles
expropiados durante la revolución cubana y la más reciente expropiación sufrida por una
empresa petrolera española en Argentina. También se pasa revista a los mecanismos de
enforcement del Derecho internacional público y su aplicación para promover el cumplimiento en este sector.