doxa.comunicación | 27, pp. 273-293 | 281

julio-diciembre de 2018

Diego Arias, Pilar Sánchez-García y Marta Redondo

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

grandes”. Por su parte, Grasso cita a un homólogo francés, Nicolas Kayser-Bril, y afirma que es “un periodismo que mide lo que no está medido”. Sandra Sánchez lo etiqueta como “una investigación periodística que trata de buscar en un conjunto de datos un patrón que sea susceptible de convertirse en una historia noticiable” y hace hincapié en que es fundamental diferenciar el periodismo de datos del periodismo con datos (tradicional). Por último, Villar sostiene que se trata de la dis-ciplina encargada de “encontrar la pista de una historia oculta a partir del análisis y cruce de bases de datos” y contarla en profundidad a través de la redacción y visualización de los mismos. Sin embargo, también matiza que hablar solamente del análisis y extracción y limpieza de datos provoca que se relegue al periodista a esa tarea en exclusiva y no se le tenga en cuenta como profesional clave en todo el proceso.

En la segunda cuestión, el foco se centra en cómo se clasificarían los propios profesionales según las funciones que rea-lizan en su medio. En este caso, cinco de los seis participantes se definen como periodistas de datos especializados, si bien uno de ellos cree que la figura de ‘periodista multitarea’ se adapta más a sus labores. Sobre cuándo comenzaron a ejercer esta disciplina, la totalidad de los encuestados responde con fechas posteriores a 2010 (a excepción de una de las periodistas que no concreta sus inicios). El primero en comenzar su actividad fue Garrido (2012), seguido de Grasso y Raúl Sánchez (2013), Villar (2015) y Sandra Sánchez (2016).

En cuanto a la organización de los modelos de redacción de cada medio de comunicación, se les pregunta si cuentan con una sección específica de Periodismo de Datos y las respuestas reflejan un panorama diverso, dividido al 50%. Así, son El Confidencial, eldiario.es y El Mundo los que poseen secciones exclusivas para desarrollar su actividad, mientras que los otros tres medios citados no. Además, un elemento que también goza de relevancia es que la mayoría de ellos, cinco de seis, opina que no es lo habitual en nuestro país, frente a uno que opina que sí.

En lo relativo a las rutinas de trabajo, tampoco se puede indicar que exista un tipo de organización predominante puesto que la mitad se divide entre el trabajo de manera autónoma con respecto al resto de la redacción y la otra forma parte de un equipo multidisciplinar con programadores y diseñadores (como es el caso de El Confidencial, El Mundo y RTVELab).

En las dos últimas cuestiones del apartado del perfil profesional, se pregunta cómo valoran la formación del periodista de datos tanto en los estudios de Grado como en los de Máster. Solo Cordobés defiende que la formación es muy buena mientras que Raúl Sánchez y Villar la califican como buena. En contraposición, Grasso, Garrido y Sandra Sánchez la califican como regular o mejorable. Sobre si habría que incluir una asignatura obligatoria en los planes de estudio de Grado, cuatro de los seis entrevistados se inclinan hacia una respuesta afirmativa mientras que solo dos creen que no es necesario.