266 | 31, pp. 265-281 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2020

Ideologías lingüísticas del español en comunidades y páginas de Facebook: políticas de lengua e identidad social...

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

1. Introducción

El modo en que se configura ideológicamente el español en Chile en el contexto contemporáneo posee una serie de sin-gularidades difícilmente caracterizables de manera concisa. A grandes rasgos, ello calza con cómo se observa el objeto lengua en un momento disciplinar en el que los atributos asignados a dicho objeto desde la lingüística (inmovilidad, sincronía, organización interna, distribución diatópica) entran, hasta cierto punto, en crisis. Existe una visión disciplina-ria que pone cada vez más atención a la movilidad, discontinuidad temporal, inestabilidad sistémica, deslocalización y multipolaridad de la producción de los discursos. En directa relación con esta concepción de los objetos de análisis so-ciolingüístico como complejos, como sugiere Blommaert (2014), las redes sociales como Facebook constituyen registros de gran calidad de cómo las representaciones socialmente relevantes emergen, circulan, se debaten y se negocian, lo cual ocurre en buena medida porque Internet conforma espacios donde por excelencia hoy se gestionan y configuran trans-formaciones en el ámbito político, ideológico y social (Phyak, 2015; Deumert, 2015, Blommaert et al., 2009).

En el presente trabajo observaremos cómo se piensan y desafían nociones de lengua y diversidad, trayendo a la luz los modos complejos en que estas se articulan en espacios de la red social Facebook articulados para y por hablantes de español en Chile. El objetivo principal es dar cuenta de la presencia (o ausencia) de ciertas ideologías de lengua en el corpus, y de sus características, de modo de acotar brevemente su proyección en el contexto histórico político de Chile contemporáneo.

La noción de ideología lingüística adscrita aquí remite a “marcos cognitivos que ligan coherentemente el lenguaje con un orden extralingüístico, naturalizándolo, y normalizándolo” (Del Valle y Meirinho, 2016). Es decir, estos marcos no sólo refieren a la lengua, sino que se atribuyen órdenes sociales y culturales específicos (por ejemplo, los que remiten a iden-tidad, comunidad, nación, Estado, género) profundamente imbricados con estructuras de poder, en cuya constitución y permanencia cooperan activamente. Arnoux y Del Valle (2010) proponen que las ideologías lingüísticas se sostienen en ideologemas, “lugares comunes, postulados o máximas” que funcionan como presupuestos del discurso, como por ejem-plo, “En Chile se habla mal (español)”.

Woolard (2007) sugiere la prevalencia de algunas ideologías lingüísticas que representan nociones epistemológicas y morales de raigambre occidental en el mundo global contemporáneo, como por ejemplo, el anonimato, que entiende una determinada lengua como una voz pública, despersonalizada y deslocalizada y es frecuente en casos de lenguas hege-mónicas transnacionales. El inglés, por ejemplo, se posiciona como la lengua anónima por defecto no solo en los estados nacionales donde predomina, sino que también en ámbitos digitales a nivel global (Ricento 2015). Del Valle (2007) da evidencias de discursos hegemónicos contemporáneos en torno al español como lengua posnacional, común, mestiza, y con acceso privilegiado a la modernidad. Esta visión es común entre agentes de gestión y planificación lingüística cen-trada en la institucionalidad de la Academias de la Lengua Española, pero también en la industria editorial y la enseñanza de español como lengua extranjera (Del Valle, 2014). Woolard (2007) sugiere que reconocer una lengua como “anónima” requiere de la aceptación popular de la autoridad de dicho anonimato, un proceso llamado méconnaissance por Bour-dieu (1991), el cual ocurre principalmente en la escuela. En este proceso se purga a la variedad de lengua dominante de su origen social específico, imaginándola como un atributo natural de la autoridad, transparente y garantizado en la