114 | 28, pp. 111-131 | doxa.comunicación

enero-junio de 2019

El lenguaje visual del diseño web brutalista

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

brutalismo no cuenta necesariamente con un conjunto definido de significantes estéticos, sino que es el propio medio el que dicta las características visuales del mensaje. En consonancia con las afirmaciones de Deville y Tobin, Gràffica (2016) sostiene que esta libertad creativa y el carácter experimental, más que una estética en concreto, son los factores que realmente definen el brutalismo web. Deville insiste en estos argumentos:

Les importa un rábano la experiencia de usuario, la facilidad de uso y el estado de la cuestión en las reglas de diseño. Así que no es un término definido por un diseño, sino por una cierta actitud a la hora de ocuparse de una tecnología o un material dado (en Sánchez, 2016, párr. 5).

Si el brutalismo presume de una radical violación de las reglas es, precisamente, para demoler la excesiva homogenei-dad de un look & feel que resulta de la aplicación de varias convenciones de usabilidad:

Afrontémoslo, la Experiencia de Usuario (UX) no es un estilo de diseño. No es un lenguaje de diseño. No propone una forma o un color. UX es una disciplina objetiva que permite la optimización de las decisiones de diseño mediante la interpretación de los datos cualitativos (y cuantitativos) (Özdemir, 2017, párr. 26).

Derivado de esta ruptura, las obras se rigen por un planteamiento formal salpicado de referencias naïve o kitsch, una percepción que deriva de las primeras manifestaciones arquitectónicas y cuyas primordiales intenciones de “hones-tidad” y “transparencia” pronto fueron condenadas por su “fealdad irremediable” (Bayley, 2012, p. 235). En diseño web, este estilo conduce frecuentemente a soluciones estéticamente controvertidas, basadas en acusados contrastes y deformaciones, el rechazo de cualquier atisbo de equilibrio y de orden y una preferencia por el azar y el exceso vi-sual. En este sentido, en palabras de López Palacios (2016, párr. 3), la estética brutalista “puede servir para expresar ideas opuestas: Esperanza y desesperanza. Belleza y fealdad”. Miller cita la web UX Brutalism –una plataforma sobre la metodología de diseño web brutalista creada por Fabricio Teixeira y Caio Braga, diseñadores de uxdesign.cc–para referirse a la única premisa que rige este estilo gráfico: “colocar elementos en pantalla sin preocuparse excesivamente sobre cómo funcionan juntos” (2017, párr. 4).

Las nuevas fórmulas y, concretamente, el feísmo que inspiran varias de sus soluciones, puede responder a un intento de socavar las estructuras prevalecientes y proponer alternativas enfocadas a maximizar la respuesta del receptor; según Heller, “como las pinturas de guerra, los estilos disonantes que muchos diseñadores han aplicado a sus comunicaciones visuales pretenden sorprender al enemigo –la complacencia– y fomentar nuevos patrones de lectura y visualización” (1993, párr. 8). En esta línea, para Buttin, paradójicamente, “las estructuras con el texto más pesado suelen producir una mayor participación del usuario” (en Toor, 2017, párr. 5).

Las controvertidas preferencias estéticas de esta corriente se vinculan a una sensación de imperfección en las solu-ciones gráficas, con planteamientos frecuentemente ilegibles o de compleja navegabilidad que surgen como recha-zo al profesionalismo, la digestibilidad, la facilidad de consumo, la estandarización, la monotonalidad o la claridad del “buen diseño”. Como reza la presentación de Brutalist Websites, “en su robustez y en la despreocupación por pa-recer cómodo o fácil, el brutalismo puede ser visto como una reacción de una generación más joven a la ligereza, el optimismo y la frivolidad del diseño web de hoy (Deville, n.d, párr. 1).

Este movimiento se caracteriza por la despreocupación por la usabilidad web y por huir de un diseño estéticamente amable. Nos podremos encontrar con un uso de los colores bastante estridente o un uso radical del blanco y negro. En cuanto al