doxa.comunicación | 27, pp. 273-293 | 275

julio-diciembre de 2018

Diego Arias, Pilar Sánchez-García y Marta Redondo

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

también es achacable a la debilidad de una cultura de datos abiertos en la mayoría de los países de habla hispana, diferen-ciando el hecho de que lograr “visualizar los datos no es lo mismo que acceder a ellos” (Crucianelli, 2013: 110).

La popularización y desarrollo de Internet como fuente y como medio ha hecho que el volumen de información almace-nado en la red sea cada día mayor (López-García, Toural-Bran, Pereira-Fariña y Barbosa, 2009). Sin embargo, esa ingente cantidad de datos en la nube necesita, por norma general, ser tratada, analizada y transformada en publicaciones más sencillas y claras de manera que sean entendibles para el gran público. Los datos se convierten en reportajes interpre-tativos y en historias propias del Periodismo de Investigación que se remonta al Periodismo de Precisión (Meyer, 2002; Dader, 1997) y que ha evolucionado en un contexto digital de narrativa multimedia, en el que la visualización-compren-sión constituye una pieza clave, a través de infografías, diagramas o aplicaciones interactivas acompañadas por textos periodísticos que ofrecen una explicación a la audiencia de los datos obtenidos (Crucianelli, 2013; Antón, 2013). Es decir, el periodismo realiza una tarea de ‘alfabetización en datos’ (Gray, Chambers, y Bounegru, 2012) y se centra en una pers-pectiva cuantitativa de la realidad profesional (Coddington, 2015).

Su asentamiento en los medios de comunicación de diferentes países resulta desigual, hasta el punto de que algunos au-tores aún hacen mención a la idea de que seguimos ‘esperando el Periodismo de Datos’ (De-Maeyer et al., 2015), aunque existen importantes referencias en EE. UU., Europa y Latinoamérica (Ferreras, 2016). En el caso de los medios de comuni-cación españoles se da un desarrollo lento y aún es considerado una especialización poco explotada (Chaparro, 2013; Fe-rreras, 2012, 2013; Peiró y Guallar, 2013). Desde la perspectiva profesional, se considera una disciplina minoritaria puesto que, aunque tuvo una etapa de auge, su desarrollo se ha estancado y proporciona trabajo al 17% de los profesionales (APM, 2016). De hecho, se contabilizan en España menos de una veintena de medios de comunicación que incluyen sec-ciones específicas (Ferreras, 2016) y que conviven con el impulso de organismos privados, como el caso más conocido de la Fundación Civio, entre otros. No obstante, es en los medios que han nacido en la red donde encuentra su mejor soporte (Chaparro, 2014) y, en muchos casos, se integra dentro de los laboratorios de innovación de los medios (Salaverría, 2015).

Respecto a la investigación académica en torno al Periodismo de Datos se encara desde enfoques conceptuales diferentes que podríamos aglutinar en tres perspectivas: continuista, rupturista e integradora. La posición continuista considera que no es un periodismo nuevo (Rogers, 2013) puesto que los periodistas siempre se han servido de los datos para pro-ducir contenidos periodísticos, por lo que puede considerarse como una especialización informativa (Chaparro, 2014), considerada como una evolución del Periodismo de Precisión. Pero en el marco de la convergencia mediática (Jenkins, 2008) impulsado desde el entorno digital y tecnológico del Big Data se considera una disciplina reciente que explica que el Periodismo de Datos sea aún un concepto joven, un ‘periodismo nuevo’ (Gertrudis-Casado, et al., 2016) que continúa fraguándose como una disciplina periodística diferenciada porque “trabaja con grandes volúmenes de datos y utiliza la visualización interactiva de los mismos” (Crucianelli, 2013:106) y porque la abundancia de información es lo que le hace diferenciarse del Computer-Assisted Reporting (CAR o PAC) (Ferreras, 2013). Es precisamente la aparición del Big Data y la tecnología digital la que le proporciona la nueva dimensión (Bradshaw, 2012) la que ha propiciado el desarrollo de esta disciplina, entendida como una nueva modalidad. Desde esta visión se hace referencia a la ‘minería de datos’ (Riquelme, et al., 2006) que requiere un acceso diferente a las fuentes y al análisis estadístico de los datos que permiten al periodista