Abstract
Hablar de formación inicial del profesorado supone hacer una reflexión sobre la calidad de la educación que un país tendrá a medio y largo plazo. En este sentido, es relevante la necesidad de estrechar cada vez más la relación entre lo emocional, lo académico y lo profesional de la tarea docente. Estos tres aspectos deberían desarrollarse en la formación inicial del profesorado que se imparte en las facultades y escuelas de magisterio. De los tres aspectos antes mencionados, la formación en competencias emocionales y personales de los futuros maestros parece ser la gran olvidada. Se propone por ello un plan de formación en competencias emocionales y personales, que se ha introducido en el currículum de los alumnos de los grados en Educación Infantil y Educación Primaria, en concreto en las prácticas curriculares propias de estos estudios y que tendría como objetivo ayudar a los futuros docentes en la gestión de aula y en la creación de espacios resilientes en el contexto escolar.