La política europea de seguridad alimentaria tiene como objetivo garantizar a los ciudadanos una alimentación segura y nutritiva, basada en el análisis del riesgo, compuesto por la determinación del riesgo (asesoramiento científico y análisis de datos), gestión del riesgo (reglamentación y control) y comunicación sobre el riesgo. La sociedad presente y futura plantea retos sociales y sanitarios que pueden comprometer el nivel de seguridad alimentaria, como la globalización, aparición de nuevos alimentos y riesgos emergentes, realización de la compra online, etc., haciendo imprescindible el control por parte de las autoridades sanitarias, así como el autocontrol de los operadores alimentarios, la prevención y el enfoque global, y el compromiso de todos los sectores involucrados (productivo, transformador y comercial). En este capítulo, se abordan fortalezas y debilidades características del grupo poblacional de las personas mayores que, dado el contexto actual y futuro, pueden vulnerar la seguridad alimentaria y la salud de éstos. Asimismo, se muestran posibles amenazas, oportunidades y recomendaciones para evitarlas.