Abstract
Se ha registrado la manifestación de caída de 2.225 animales de 3 a 5 años, de la raza de Lidia, desde 1991 en diferentes plazas de toros de 1ª y 2ª categoría siguiendo la metodología y software de valoración etológica de Alonso et al. (1995a). Se parte de un 99,56% de los individuos que presentaron caídas durante los años 1991-1993 con problemas graves en el 17,16% de los animales (caídas tipo 4, 5 y 6) mejorando situación en la actualidad (2014-2016) con un 79,82% de individuos que manifiestan el síndrome, de los que sólo un 8,23% experimentan caídas tipo 4. La manifestación de caídas se acentúa con el avance de la lidia, siendo las formas más leves (tipos 1 y 2) los tipos de claudicaciones más comunes registradas, fundamentalmente en el tercio de muleta, fruto del incremento significativo de su duración. A su vez, se observa una disminución gradual de las formas más graves, llegando a ser prácticamente inexistentes las caídas tipo 5 y 6 en los últimos años. Todo ello asociado a una mejora en la selección y en la alimentación, unida a la implementación de la preparación física del animal previa a la lidia mediante entrenamientos estandarizados. / There has been registered 2,225 events of falling syndrome in fighting bulls 3 to 5 years old since 1991 in different bullrings of first and 2nd category the study was carried out observing the methodology and software by Alonso et al.(1995ª). The present work started with 99.56% of the individuals who showed falls during 1991-1993, with serious problems for the 17.16% of these animals (falls-type 4, 5 and 6) improving the present situation (2014-2016) with a 79.82% of individuals that manifested the syndrome and which only 8.23% experienced the fall-type-4. The manifestation of falls increases during the bullfight, being the milder forms (falls-type 1 and 2) the most common claudication recorded, mainly during the “Tercio de muleta”, generated by the significant increase of its duration. At the same time, it is observed a gradual decrease of the most critical forms of fall, becoming almost non-existent fall-type 5 and 6 in recent years. All of this has been achieved thanks to an improvement in genetic selection and feeding, along with the implementation of the animal's pre-fight physical preparation through standardized training.