Abstract
Hay muchos otros problemas del pasado que, en cierto modo, seguimos viviendo hoy, por la sencilla razón de que no se han resuelto de modo definitivo; así la relación entre el Estado y las comunidades españolas que se organizan como autonomías casi federales, y cuya causación se remite a dos o tres siglos atrás. Se trata de una cuestión muy compleja, con dimensiones cultural, jurídica, política e incluso bélica. Y también una dimensión económica muy importante, que nos remite a la política fiscal y financiera –entre otras muchas– que ha de aplicarse ahora o en un futuro próximo. Tales cuestiones afectan a todos los españoles de comienzos del siglo XXI, y los historiadores de la economía hacen lo mismo que los historiadores de la cultura o de la política; dirigen su interés científico a la averiguación de los interrogantes que llegan del pasado y, en un momento dado, nos apremian, puesto que sus consecuencias –por más que algunos o muchos se desinteresen– serán sensibles para todos.