Abstract
La relación entre el cine y la publicidad es tan estrecha como creativa. Ambos mundos colapsaron simbióticamente buscando emocionar, contar historias y captar la atención del espectador mediante recursos visuales y narrativos compartidos, como el uso del color, la música o la dirección de arte. En esta intersección e intertextualidad, además del product placement, surgieron profesiones como el director de publicidad cinematográfica, que aportaron un estilo cinematográfico a los anuncios, elevando la calidad visual y emocional de las campañas. Por otro lado, el cine actual enfrenta una aparente crisis de creatividad. Las adaptaciones de novelas, animes, mangas y videojuegos y las sagas interminables, como Star Wars o Fast & Furious, han impulsado el éxito comercial de la industria, aunque a menudo sacrifican la originalidad y se sumergen en la inclusión forzosa y el tokenismo tan propio de nuestra era. Estas franquicias se sostienen por el apego a fórmulas de éxito que aseguran un fandom fiel, pero también limitan la innovación y originalidad. Mientras tanto, plataformas de streaming como MAX o Netflix apuestan por narrativas más frescas y personales, ofreciendo alternativas a esta saturación de remake, secuelas y la estirada fórmula del género de superhéroes. En esta asignatura se debaten y discuten estos y muchos otros temas, ofreciendo una visión diferente y alternativa a la tradicional historia del cine.