Abstract
El texto analiza el papel del suelo en la Salle des pas perdus (sala de pasos perdidos) como un elemento que define el espacio, la circulación y su relación con el cuerpo, demostrando que dicho espacio es el lugar receptor de un momento de espera en la arquitectura. Este artículo explora el significado y la importancia de su origen y su evolución histórica. Desde su aparición en la arquitectura palaciega francesa del siglo XVII hasta su transformación en el siglo XX en espacio de uso público, las salas de pasos perdidos dan cuerpo a una forma protocolaria de acceso a los lugares de poder en la que el caminar sin rumbo es más que un símbolo. Se reflexiona sobre el efecto que produce sobre los usuarios, como espacio de transición, encuentro y comunicación entre diferentes actores sociales y políticos. El artículo concluye con una valoración crítica sobre la sala de pasos perdidos hasta el primer tercio del siglo XX, donde podemos encontrar signos de su progresiva disolución como grandes salas, hasta la actualidad.