Abstract
La historia de la mirada de la arquitectura no transcurre por cauces accidentados salvo el que se produce en el Renacimiento. En ese instante, con la aparición de la perspectiva y con la consolidación del tropo de la ventana, la arquitectura toma conciencia del verdadero papel de la mirada. Si la visión de la perspectiva frente a la que brinda la ventana ha estado claramente privilegiada, la riqueza simbólica, física y social de esta última no es menor. El texto desgrana la historia de la ventana desde una aproximación fenomenológica y psíquica. Si la pintura se ha apropiado de la ventana para subrayar su poder delimitador, la arquitectura la reivindica como espacio intertextual desde el que pensarse. La ventana simboliza la imagen del mirar arquitectónico por cuanto enmarca, focaliza y descarta parte del mundo. Desde Ledoux a Le Corbusier la ventana permite ver a su través, a la vez que permite ver la mirada misma. La ventana condensa la mirada de la arquitectura gracias a la concentración material y psicológica que representa. En resumen, representa, por si misma, la poderosa fenomenología del mirar del arquitecto.