Abstract
A través de técnicas estadísticas y econométricas, este trabajo analiza la pobreza en las comunidades y ciudades autónomas después de la crisis económica (2008-2021). Se analiza si el mercado de trabajo, el nivel educativo y las prestaciones públicas tienen un impacto significativo en los indicadores de pobreza monetaria y no monetaria. Los resultados muestran que el desempleo, la tasa de temporalidad, la cobertura de las rentas mínimas de inserción y la tasa de pensionistas por habitante son factores explicativos de la dinámica de la pobreza autonómica. No se logra identificar una incidencia clara del nivel de formación. Entre las medidas de política descentralizada que pueden impulsar la reducción de la pobreza, se enfatiza el empleo municipal garantizado y más evaluaciones longitudinales para conocer qué tipo de estrategias de salida (protección y activación o promoción) están siendo eficaces a través de unos servicios sociales públicos que deben reforzar el acompañamiento personalizado.