304 | 31, pp. 303-314 | doxa.comunicación

julio-diciembre de 2020

La noción de patria en el discurso de Unidos Podemos (2016-2017): la articulación de un patriotismo constructivo

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

1. Introducción

En el lenguaje político español, la voz patria es un término marcado desde el punto de vista de sus connotaciones. Al igual que los símbolos nacionales, el patriotismo se asocia de manera habitual con el imaginario conservador. Los partidos de corte progresista o nacionalista evitan generalmente referirse a España; emplean en su lugar la construcción Estado espa-ñol, o rodeos como este país o nuestra nación.

La reticencia no es nueva; en los años treinta del siglo pasado, las formaciones nacionalistas pusieron en boga el término Iberia para evitar así referirse a España (García Santos, 1980: 514). La asimetría está igualmente presente en el discurso político de la Transición; símbolos como el himno o la patria son en este momento patrimonio de la derecha (De Santiago, 1992: 197). También la bandera constitucional es contestada por las fuerzas progresistas: por un lado, porque recuerda demasiado a la de la dictadura, ya que los colores y la disposición son iguales, con la única diferencia del escudo; por otro, porque los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos sienten mayor apego hacia sus banderas regionales (Aguilera de Prat y Vernet Llobet, 1993: 150). Todavía hoy, casi un siglo después del final de la Segunda República, una parte del espectro progresista y nacionalista reivindica el legado y la bandera republicana, y muestra rechazo a la oficial, en parte como crítica a la Transición.

Para este sector ideológico, las voces patria o España se asocian con el deseo de uniformidad lingüística y cultural, y con el resabio autoritario de los tiempos de la dictadura o del imperio. Esta vinculación que lleva a cabo una parte de la izquierda de la nación española con valores antidemocráticos explica que el nacionalismo español sea visto como reaccionario, en contraste con los nacionalismos periféricos, que se consideran movimientos progresistas que reivindican de forma legíti-ma el reconocimiento de su nación dentro del estado. Unidos Podemos1 defiende, por ejemplo, la plurinacionalidad del estado español al mismo tiempo que critica el discurso nacionalista del Partido Popular o de Vox.

Las causas de que los símbolos de la nación se asocien al bloque conservador son, por tanto, dos: de un lado, el abandono consciente por parte de la izquierda de este imaginario que considera retrógrado; de otro, la apropiación de los conserva-dores de voces como patria o de elementos como la bandera, empleada, por ejemplo, en manifestaciones en contra del aborto o del matrimonio homosexual.

La posición de Podemos en relación con las nociones de patria y nación españolas ha sido ambigua desde los orígenes. La formación ha criticado que los conservadores elaborasen un discurso nacionalista o intentasen tapar su corrupción “envolviéndose en la bandera”, pero al mismo tiempo ha intentado resignificar desde un enfoque progresista el discurso patriótico. En este sentido, la estrategia ha consistido –en consonancia con los postulados de la lingüística cognitiva– no tanto en rebatir el marco mental cuanto en tratar de instaurar uno nuevo (Lakoff, 2008a y 2008b).

Aunque la defensa de la patria y de los símbolos nacionales haya correspondido tradicionalmente a las fuerzas conser-vadoras, numerosas voces progresistas han pedido desde hace décadas redefinir el concepto y dotarlo de un contenido

1 La formación ha asumido diversos nombres desde su nacimiento en el 2014. En sus orígenes se denominó Podemos; a partir de 2016, Unidos Podemos; y desde el año 2019, Unidas Podemos. Puesto que este trabajo comprende el período 2016-2017 siempre que hablemos del partido nos referiremos a él por el nombre que tenía entonces, esto es, Unidos Podemos.